Emociones

4 formas para “comprar” tu felicidad y que puedes aplicar a tu vida

Por mucho que nos guste el halo romántico de vivir con lo esencial, no se puede negar que el dinero es importante; la mayoría de los placeres y necesidades de la vida —excepto el dormir—, lo requieren; sin embargo, las investigaciones sugieren que la relación entre lo económico y la felicidad es mucho menos sutil que lo que podríamos esperar. En un artículo publicado de manera reciente (“If money doesn’t make you happy, then you probably aren’t spending it right”) se argumenta que la principal razón por la que el dinero no da la felicidad, es porque no se gasta adecuadamente.

Muchas veces, no somos buenos al realizar predicciones sobre lo que nos hará felices. Nos dejamos llevar por la marabunta de la publicidad y la presión o comparación social, perdemos el foco de lo que es importante y principal para ser felices. Un ejemplo de esto, es el maravilloso auto que nos parece espectacular e imprescindible en nuestras fantasías —y en los anuncios— pero que no deja de ser un simple vehículo más. En el artículo, los autores proponen una serie de estrategias que puedes aplicar en tu vida para alcanzar la plenitud, por ello, te las compartimos:

1 .Compra experiencias en vez de posesiones

Numerosos estudios han puesto de manifiesto que comprar experiencias, como un viaje o un concierto, hace a la gente más feliz que las adquisiciones materiales, como un reloj o una prenda de ropa. La razón lógica para explicar este fenómeno es que nos acostumbramos a las cosas materiales muy rápido: la sorpresa inicial enseguida es sustituida por costumbre, y además, el mercado nos enseña que hay algo mejor y más nuevo, lo que provoca que deseemos y a la vez aborrezcamos lo que acabamos de adquirir; en cambio, las experiencias quedan registradas en la memoria y codificadas con alguna emoción positiva, esto las hace más perdurables y placenteras cada vez que las recordamos.

Las experiencias tienden a ser mucho más significativas, nos definen, permiten crecimiento personal, aprendizaje, conexión con otras personas, entre otras; son mucho más “enriquecedoras”.

2. Da y recibirás

Los seres humanos somos animales sociales. De hecho, el ostracismo, el bullying o el mobbing son los peores castigos psicológicos que nos pueden infligir. Gastar dinero en los demás nos hace sentirnos mucho más felices que gastarlo en nosotros. Diversos estudios transculturales han mostrado que la gente que compra más regalos o dona a fundaciones destinadas a ayudar a otros, son más felices en comparación con quienes guardan todo para ellos; algunos estudios de resonancia magnética funcional demostraron que las personas que donaba dinero a bancos de alimentos, experimentaba activación en ciertas áreas del cerebro relacionadas con la recompensa.

Ayudar a los demás te hace partícipe de la comunidad en la que vives, además de que te hará sentir más seguro y pleno.

3. Date un lujo de vez en cuando

La mayoría de las personas a menudo se deja vencer por sus vicios, pero los estudios nos indican que si tenemos cierto control de estos impulsos y permitimos, al menos, una vez al mes comprarnos algo, nos ayuda a mantener ese efecto de sorpresa, de novedad, de que sea “inesperado” para nuestro cerebro y romper la rutina.

Esta medida hace que disfrutemos mucho más la experiencia. Si es algo que hacemos todos los día, aunque sea muy placentero, se convierte en rutina, nos aburrimos de ello y deja de hacernos felices.

4. No te olvides de los “mosquitos”

En otras palabras, todo parece mejor en abstracto. Siempre idealizamos las situaciones que nos rodean, pero también hay “mosquitos”: nos dejamos seducir por lo maravillosa que es la vida de nuestros familiares, amigos o personas cercanas, pero muchas veces ellos también atraviesan dificultades. Lo mejor es ser realistas, y saber que la felicidad no se encuentra en las cosas materiales o en los otros, sino en aquello que te genera experiencias y te acerca más a las metas que quieres lograr.

En definitiva, aunque la gente con mucho dinero parece más feliz, no necesariamente lo es. En cambio, quienes no tengan ese dinero pero se conocen muy bien, sabrán gastar o invertir sabiamente su capital; serán capaces de alcanzar una felicidad más plena, duradera y, sobre todo, real.

Fuente: https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/como-ser-feliz-sin-tanto-dinero/

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