Emociones

Estar al lado de quien muere…

Estar al lado de quien muere puede ser una experiencia maravillosa, todo depende de cuán dispuesto(a) estés para abrirte con esa persona y sobre todo para abrirte contigo mismo(a)...

Por Paulina Márquez

 

Al lado de quien muere

Estar al lado de quien muere puede ser una experiencia maravillosa, todo depende de cuán dispuesto(a) estés para abrirte con esa persona y sobre todo para abrirte contigo mismo(a)…

Estar acompañando a quien está muriendo no es sencillo, es un reto personal que muchas veces es difícil de llevar. Hace tres años acompañé al final de su camino a mi abuelo, fue una muerte bella, en casa, llena de amor y de agradecimientos. Este año, se repite la historia con un familiar cercano.

¿Qué hacer cuando se está al lado de alguien que muere?, es una pregunta que siempre me hago y creo que la respuesta está dentro de nosotros, de la conexión que hagamos con lo más profundo de nuestro ser.

Dicen que quien está por morir lo sabe, entonces ¿quién es el que realmente se engaña al no hablar del tema?, es doloroso encontrarse con la realidad que quizás el día de mañana ya no esté la persona con vida para poder reír y poder platicar con ella, pero entonces, ¿por qué desperdiciamos los días con pláticas que evaden nuestro sentir?, ¿por qué no hablar con esa persona que amamos de lo que sentimos, lo que tememos, lo que nos duele?

Me atreveré a hablar desde mi propia experiencia. Cuando nos enteramos que mi abuelo fallecería, lo primero que hicimos fue negar la realidad y decidir no decirle nada, no fuera a ser que se muriera de tristeza… como si no fuera a morirse al final de cuentas.

Pasado el tiempo fuimos abriéndonos más, fui abriéndome más con mi abuelo. No le dije todo lo que tenía que decirle en vida, pero me conforté con estar a su lado, tomando su mano y diciéndole cuánto lo amaba hasta el día de su muerte. Hoy, tres años después la vida me vuelve a poner en juego con ésta escena pero con una gran diferencia, hoy si me he puesto en contacto con lo que siento y esto me ha traído una experiencia maravillosa.

Mientras toda la familia va y viene con medicamentos, comida y discusiones, yo me siento al lado de mi tío, le pregunto como está y la confesión comienza… platicamos de lo que fue su vida, de lo que quisiera que fuera, lo que hizo y no hizo, del suicidio, la muerte, sus experiencias, de mi vida… las horas pasan, los días se hacen noches y vuelve a amanecer y lo que un día un doctor nos dijo que no duraría más de 72 horas, ya lleva el mes abriendo su corazón, dando y recibiendo amor y aprendiendo de ésta su última lección.

He descubierto a través de este camino que el estar al lado de alguien que muere es una de las experiencias más bellas, que si te dejas llevar por lo que realmente sientes puedes encontrarte con sorpresas más bellas de lo que piensas y que el día que esa persona muera, tu dolor será igual de grande pero los recuerdos te ayudarán con tu duelo pues en vida hiciste y sentiste al máximo tu ser y lo compartiste con quien en vida ya no está.

marzoPaulina Márquez

Psicóloga

Paulinamarquez.com

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