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Hablemos de vivienda…

La situación social de los últimos años, unida a las políticas sociales autonómicas sin un marco general, hacen que el número de personas que no tienen un hogar o no pueden acceder a él aumente.
Desde el gobierno central, las actuaciones han ido dirigidas en un inicio a crear viviendas de protección oficial. En los últimos tiempos se ha tratado de fomentar de una manera nefasta la cultura del alquiler.
Cada comunidad autónoma, por otro lado, ha ido llevando actuaciones que poco tienen que ver entre si. Las competencias están transferidas.
Las instituciones sociales, y los movimientos ciudadanos reclaman más políticas sociales en torno a la vivienda, y sobre todo, que estén mejor gestionadas.

En este articulo se habla sobre la entrada en vigor y como solicitar unas ayudas por parte de un ayuntamiento. Con dicha ayuda entre otras cosas, se toca el tema de la vivienda. Llama poderosamente la atención los numerosos comentarios a pie de página. En ellos, personas anónimas, (de otra manera, poca gente dice lo que piensa), se quejan sobre el “reparto” de estas ayudas relacionadas con la vivienda…

Para ellos, y para todos, debemos hablar de unas nociones básicas, en un lenguaje coloquial.

Exclusión residencial, es un término que cada día tiene más presencia en los medios de comunicación. Se trata de un concepto amplio en el que se engloban personas sin hogar, y personas que no tienen o no pueden tener un acceso “normalizado” a una vivienda. Pero estamos hablando de un concepto social y estructural. Estas personas están EXCLUIDAS del mercado de vivienda.

Pongamos un ejemplo: todos entendemos que para comprar un cartón de leche, debemos ir a un supermercado, llevar dinero, y pagarlo.

Esto se llama mercado, el vendedor y el comprador, saben cómo se efectúa la transacción.

Si hablamos del mercado de vivienda, tenemos que hablar de algunas peculiaridades:

– Debemos saber acceder al mercado. Todos identificamos donde comprar comida, pero en este campo, debemos saber cómo funciona un contrato de alquiler, cuales son los requisitos, saber buscar una vivienda en persona u online, cuales son nuestros derechos y deberes, que pasa cuando se produce un impago, o un desperfecto en la vivienda…

– A diferencia de un mercado normal, tener dinero no es suficiente. Sería ilógico ir a comprar al supermercado y que nos pidiera la nomina para saber de donde sacamos el euro para la leche. En este mercado debes tener una nómina, o una justificación de ingresos. Si no tienes trabajo y das clases particulares, no puedes alquilar. Si tu familia te da algún dinero para completar tus ingresos, tampoco puedes alquilar o justificar estos ingresos. Además en el caso de que tengas suerte y acabes de empezar a trabajar, te piden un mes o dos por adelantado en concepto de fianza. Ahorrar parece fácil mientras tienes el amparo de un familiar, pero si no es tu situación, debes dejar tu necesidad de vivienda a un lado durante al menos un mes, y vivir donde puedas… o donde te dejen.

– Puede parecer ridículo presentarte en la linea de cajas de un supermercado y que la cajera no quiera venderte el cartón de leche. Y que defienda su postura utilizando argumentos como: “prefiero vender este cartón de leche a alguien que hable mejor español”, ” no quiero venderte esta leche por que los que son como tú dejan que la leche se ponga mala, la utilizan mal y no me parece bien”. De risa, ¿no? Pues en el mercado de vivienda si que ocurre, es subjetivo, debes “caerle en gracia” a tu casero, para que quiera alquilarte su “producto”. Y no es raro escuchar por parte de propietarios, que prefieren alquilar su piso antes a un nórdico que a un marroquí. Por lo tanto el mercado es limitado según sean tus características personales.

Imaginad que esta cajera del ejemplo, no quiere venderte un cartón de leche. Y en la puerta del supermercado un chico te ofrece una botella de cristal con leche, sin etiqueta, sin saber si reúne las condiciones básicas para consumirla, a un precio mucho menor. Diríais que no la compráis. Así que os vais hacia otro supermercado y ocurre igual. No os venden productos. Vais a otro colmado mas pequeño y de nuevo la misma historia. Ante esa necesidad básica, te planteas la oferta que te han hecho… Comprando productos de dudosa calidad y fuera de la ley. En vivienda también existe un mercado negro. Viviendas que no reúnen las condiciones de habitabilidad, caseros que no firman contratos, viviendas ocupadas, alquileres fraudulentos…

Todo esto te lleva a una exclusión residencial.

Y así podría seguir bastantes más párrafos… Se trata de una pincelada.
Sé que estás pensando lo mismo que yo. Un trabajador social puede hacer labores de acompañamiento. Un trabajador social puede incidir en estos aspectos. Sí. Pero necesita un marco institucional, herramientas y recursos para incluir en este mercado a las personas que no están en él. Para modificar, o al menos intentar modificar el mercado.

 

 

 

 

 

Fuente: http://todotrabajosocial.org/hablemos-vivienda-i/

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