Mujeres avante

Mis expectativas me limitan

Por: Paulina Marquez

 

¡Qué pena!, ¿seremos solo mujeres?, ¡eso es solo para hombres!, pero si nunca he corrido, ¿Cómo crees que lo haré ahora?, Si ni sé bailar, ¿Cómo voy a estar ahí haciendo el ridículo?

¿Te suenan estas frases?

 

Muchos de nosotros generamos expectativas superiores a las que, en ese momento de nuestra vida, podemos lograr, me explico: cuando inicié a hacer ejercicio mi expectativa era la de poder hacer la rutina completa de una hora que mi instructor hacía con tanta facilidad, pero, cuál sería mi sorpresa que a los escasos 10 minutos estaba pidiendo a gritos un descanso y un tanque de oxígeno a mi lado.

Gracioso ¿cierto?, al principio lo fue, después fue frustrante, ¿cómo era posible que no pudiera hacer unos cuantos minutos de cardio sin que sintiera que me moría? Esperaba verme como esas chicas lindas con una sonrisa de lado a lado que apenas y derraman unas cuantas gotas de sudor y pueden estar por horas brincando de un lado a otro, haciendo miles de formas con sus cuerpos y sin desgastarse… no podía haber estado más alejada de mi realidad.

Es muy fácil que caigamos en el sueño dorado que la mercadotecnica nos vende: cuerpos esculturales con unas horas de ejercicio (el que sea), horas en las que no se ve en absoluto que la persona tenga dificultad alguna para realizarlo y ahí vamos nosotros, simples mortales que no acostumbramos ese ritmo cardiaco y que quizás ni la coordinación motriz tengamos lo suficientemente entrenada para poder coordinar movimientos tan “complicados”, queriendo hacer las cosas como los que tienen años entrenando, queriendo tener un cuerpo trabajado en unos cuantos meses, queriendo ser y sentirnos como las imágenes nos dicen que se convierte uno si se une al club fitness.

¿Saben? El problema en todo esto no es el ejercicio, tampoco los cuerpos esculturales que se hacen con el esfuerzo y la constancia, menos la dificultad inicial que todo ser humano tiene cuando nunca ha realizado ejercicio, no, ninguno de estos es el problema, el problema real son las expectativas que nos generamos y que al ver que no las cumplimos tal cual lo establecimos, desistimos, nos desanimamos, nos recordamos lo absurdos y tontos que creemos que  nos vemos haciendo “eso”.

No hay peor enemigo que uno mismo. Deja de generar una imagen irreal de ti mismo(a), sé realista, obsérvate como realmente eres, no como tú CREES, reconoce tus límites y trabaja arduamente para irlos venciendo poco a poco y así irte empoderando más y más de ti mismo(a) pero sobretodo deja de criticarte tan duramente, de ser el verdugo que más te lastima, observa lo bueno que hay en ti.

Quizás sea cierto que hoy en día no puedes cumplir las expectativas que tienes, pero eso no implica que no lo llegues a hacer en algún momento de tu vida. Deja de lado los “qué dirán”, “el deber ser” y enfócate en lo que tú quieres y sobretodo, se amoroso(a) contigo, paciente y no dejes de creer en ti.

marzo

Psicóloga Paulina Marquez 

www.paulinamarquez.com 

 

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