Emociones

Por qué estar solo te puede ayudar a ser feliz

Fuimos educados con la mentalidad de siempre estar con alguien o de conseguir una pareja, pero la compañía no es sinónimo de felicidad.

La soledad es un tema complejo y de difícil aproximación. Si pudiéramos definir el término en unas líneas, quizá serían que la soledad es una necesidad inherente del espacio personal que todos tenemos. Pero a pesar de esto, el tema de la duración y el manejo de la misma son trascendentales para comprender mejor este tópico. A pesar de que los seres humanos somos sociales por naturaleza —como dijo Aristóteles—, siempre será benéfico tomar tiempo para ti mismo, para reflexionar sobre quién eres y hacia dónde vas, y hacer un análisis introspectivo.

Lamentablemente, la soledad y el aislamiento aún son temas tabú en la sociedad contemporánea. Se tiene la concepción errónea de que es algo trágico y que puede acarrear problemas; sin embargo, cada persona lidia con ella de manera diferente. Debemos aprender a manejarla y a disfrutarla. Según el psicólogo Walter Riso, la soledad no se define por la falta de algo, sino por “una multiplicación del yo que se recrea en el autodescubrimiento”. Mucha gente lo ve como un sinónimo de fracaso y de derrota; pero en realidad, si es manejada correctamente, puede traer beneficios. Se suele asociar a la gente que va sola por la calle, sola en un bar o en el cine, como bichos raros; existe un miedo o rechazo a estar solo por parte de la sociedad.

Pero lo que pasa en realidad es que debemos aprender a manejarla. La parte nociva de la soledad comienza cuando nos mantenemos demasiado aislados de la interacción social; eso resulta peligroso, ya que la inactividad puede derivar en baja autoestima y depresión. Además, no es benéfico pasar tanto tiempo ensimismados. Por otro lado, la soledad puede ser un ejercicio de relajación y una forma efectiva para combatir el estrés; leer un libro, escuchar música solo o simplemente estar alejado del bullicio de la gente y la ciudad son formas sanas de manejar la soledad.

Otro punto de gran importancia es que la soledad no es evasión. Hay personas que, por su ritmo de vida, se cargan de muchas actividades y suspenden el encuentro interno. Es relevante que como sociedad practiquemos el entendimiento de que una actividad no necesariamente implica la compañía; el mito de la convivencia puede presionar al individuo a buscar estar siempre rodeado de personas y a no saber cómo lidiar con los momentos de soledad.

Pero los ejercicios de introspección también nos pueden ayudar a encontrarnos a nosotros mismos, nos dan cierto grado de paz, nos preparan para cuando inevitablemente tengamos que pasar tiempo solos —porque, de hecho, no es mentira que llegamos a este mundo solos y solos nos vamos de él. Vivimos bajo el yugo de la convivencia, pero nos olvidamos rápidamente de lo importante que es la autoexploración. En las relaciones sociales nos manejamos casi por el puro instinto y por la razón, no nos damos tiempo para nosotros mismos. Nos enseñan que son las relaciones y los contactos los que nos van a sacar adelante; pero no es posible tener buenas relaciones si primero no hacemos un ejercicio introspectivo, que nos diga en qué estamos fallando o qué nos hace falta.

Es cierto, fuimos educados con la mentalidad de siempre estar con alguien o de conseguir una pareja, pero esto no significa que no podamos desmitificar ciertos valores dentro de esta concepción. Debemos aprender a usar la soledad a nuestro favor, será de utilidad para todos.

Fuente: https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/por-que-estar-solo-te-puede-ayudar-a-ser-feliz/

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