Emociones

Relaciones Saludables

Por Mirna Pineda

Siempre hay oportunidades para aprender y cuando de relaciones se trata – de pareja, negocios, familia, comunidad- se presentan situaciones que son posibilidades de aprendizaje.

Es interesante que la mayoría de las personas tiene la expectativa de que el “otro” va a aportar las soluciones con prontitud y exactitud; espera que sean los demás los que tomen la iniciativa de hacer cambios, en lugar de pensar que la única persona responsable de hacer esos cambios, somos nosotros mismos.

El nivel de exigencia va aumentando cuando los resultados no son los esperados, entonces se producen  desacuerdos que al no ser tratados a tiempo, se van sumando a la lista de inconformidades que tarde o temprano afectan la relación.

Hay relaciones en donde la lista de insatisfacciones no dichas son tan intensas, que en cualquier momento de tensión salen a relucir los malos sabores de incidentes que ocurrieron hace varios años, incluso hace varias décadas.

La libertad emocional radica en ser capaz de decir lo que sentimos y decirlo en paz. Hay quienes dicen que no se guardan nada porque son muy sinceros, pero al momento de hablar lo hacen con una energía poderosa llena de rabia, dolor y resentimiento que lo único que ocasiona es más dolor. Ellos aseguran que solo “dicen lo que sienten” en lugar de pensar en lo que van a decir.

Expresar la emoción con tranquilidad en el momento en que ocurre la desavenencia, es una maravillosa oportunidad para sentir el placer de ser libres.

Cuando se calla por temor, la esclavitud emocional hace presa de la persona que inicia un proceso de almacenaje llamado resentimiento.

El resentimiento carcome las entrañas y explota en el cuerpo al manifestarse como enfermedad.

Cultivar las relaciones humanas requiere respetar las necesidades, deseos, historia de vida, costumbres, valores y necesidades de la otra persona y comprender que somos diferentes.

Cuando nos involucramos en alguna relación, estamos abriendo la mente y el corazón a un universo de posibilidades emocionales, sociales e incluso financieras. Es el tiempo para aprender de la otra persona y contribuir a su desarrollo de la misma forma que esa persona contribuye a nuestro crecimiento.

Andar nuevos caminos requiere el profundo respeto que comienza en el individuo, en reconocerse como una entidad única capaz de comprender a otro al saber valorar los intereses y necesidades de los demás, comprendiendo en principio sus propias necesidades

Cuando una relación termina, hay que agradecer por el tiempo, los aprendizajes y las emociones vividas.

Ninguna relación es una pérdida de tiempo, si no te trajo lo que querías, te ensenó lo que necesitabas para crecer como persona.

Mirna Pineda

Periodista, Coach educativa, Instructora en Desarrollo Humano

[email protected]

www.avanteseminar.com

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