Cómo aplicar estos 10 hábitos psicológicamente saludables a tu vida
Al igual que nuestro cuerpo, también debemos cuidar nuestra salud mental. Con pequeñas acciones diarias, podremos disponer de un buen estado psicológico: manteniendo al cerebro sano, protegiendo la mente y el estado anímico de problemas emocionales y cognitivos, como pueden ser los fallos de memoria, los problemas de atención y los trastornos mentales.
Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacan que la salud es un estado en el cual hay plenitud física, mental y social.
Así como evitamos tomar sustancias dañinas para el cuerpo y nos protegemos adecuadamente en situaciones que lo requieran, también hay que incluir hábitos diarios psicológicamente saludables.
Si bien la salud psicológica no algo que veamos al ponernos frente al espejo, no significa que no repercuta en nuestra forma de percibirnos y relacionarnos con los demás.
Una persona agobiada emocionalmente, que no es capaz de regular sus emociones y cuyo cerebro es poco activo intelectualmente, es una persona que es más vulnerable, tanto trastornos mentales como la depresión como enfermedades neurológicas como el Alzhéimer.
Para evitarlo, lee a continuación las diversas acciones que podemos tomar en el día a día para cuidarnos.
1.- Mantener activo el cerebro
Cuanto más tiempo pase nuestro cerebro inactivo, más nos costará iniciar. Para evitarlo, es importante que en nuestra vida cotidiana incorporemos actividades que demanden un poco de esfuerzo mental.
Aunque estemos de vacaciones o incluso estemos jubilados, es fundamental impedir que nuestro cerebro, porque de hacerlo, cuando queramos volver a trabajar o disfrutar de algo intelectual nos va a costar.
No hace faltar complicarse la vida ni romperse mucho la cabeza para mantener activo nuestro cerebro. Basta con recurrir a entretenimientos de toda la vida como el ajedrez, las damas, los juegos de cartas o aquellos como las sopas de letras, sudoku, los crucigramas, leer o escribir.
2.- Plantearse metas y organizarse
Es un hábito psicológicamente saludable el tener metas a corto, medio y largo plazo, sin importar la edad que tengas. En el caso de los estudiantes y trabajadores es un punto importante, pues al estructurar una rutina cumpliremos en tiempo y forma con lo planteado.
Aunque estemos preparados para trabajar intensamente en el último momento, lo ideal es planear las tareas para evitar agobiarnos antes de tener que entregar un trabajo o estudiar para un examen porque no nos hemos sabido gestionar.
Si bien el estrés que se siente en estas situaciones, aunque nos mantenga despiertos y enfocados en la meta que queremos conseguir puede dañar nuestra salud mental y por esto, en la medida que se pueda debemos organizar nuestros objetivos.
Cumpliendo los pequeños pasos que nos llevan a nuestras metas en cada una de nuestras actividades podemos organizar mejor el tiempo, sintiendo que somos productivos y que no hemos perdido nuestra utilidad ni rendimiento.
3.- Dormir suficiente
Es un factor de protección y fomento de la salud psicológica. Hay personas que requieren dormir más que otras, pero la medida general es entre 6 y 8 horas.
Dormir poco nos hace sentirnos cansados mentalmente, poniéndonos de mal humor porque no somos capaces de hacer nuestras tareas diarias. Por otro lado, dormir de más hace que nos cueste concentrarnos, por lo que hay que encontrar un equilibrio para disfrutar de una salud psicológica.
4.- Ser asertivo
Los hábitos que promueven la salud mental también son sociales. La asertividad es la capacidad de decir lo que pensamos pero de forma apropiada y sin violar los derechos y sensibilidades del otro, aunque haciendo valer los propios.
Ser asertivo es una práctica que también nos protege de estar de mal humor y sufrir trastornos mentales, además de mejorar nuestras relaciones sociales e identificar cuáles no valen la pena.
Dentro de ella está la capacidad de saber decir “no”, especialmente cuando las personas nos pidan más cosas de las que podemos y queremos hacer, tanto en contextos laborales como personales.
Prometer más de lo que uno puede, nos acaba agobiándonos por un lado, pues sentimos que sacrificamos nuestros deseos por los demás, y también puede hacernos quedar mal porque podemos decir “sí” a cosas que están fuera de nuestras capacidades y, por lo tanto, hacerlo mal.
5.- Expresarse creativamente
El arte ha sido una herramienta de expresión emocional desde la prehistoria. Sin importar la técnica que usemos y cual sea nuestro talento, manifestar nuestros sentimientos a través de él es una forma constructiva y original para mantener nuestra salud psicológica en buen estado.
Ya sea con la escultura, la pintura, música, etc. podemos mantenernos ocupados mientras dejamos trabajar a nuestra imaginación, activando nuestro cerebro y sintiendo cómo creamos algo que representa cómo somos.
6.- Tener una dieta saludable
No puede haber una buena salud mental si no comemos bien. El cerebro necesita una dieta variada y balanceada para poder funcionar tanto en lo cognitivo como en lo emocional, por tal motivo no podemos olvidarnos de la nutrición.
Se deben incluir alimentos de todos los grupos, como verduras, frutas, pescados, carnes, cereales, legumbres y lácteos. También es importante controlar las porciones y asegurarse de que la dieta incorpora un 50 por ciento de carbohidratos, un 30 por ciento de grasas y un 20 por ciento de proteínas.
Entre los nutrientes que hacen que nuestro cerebro funcione mejor está el omega 3 y 6, las vitaminas del grupo B (B6 y B12), el ácido fólico, el triptófano, el hierro, el calcio y el magnesio.
El triptófano estimula la producción de la serotonina y la melatonina, neurotransmisores que están directamente relacionados con el estado anímico y el ciclo del sueño. Entre los alimentos que lo contienen están las carnes magras, la yema de huevo, los lácteos, frutas como los plátanos y la piña, cereales integrales, chocolate negro y legumbres.
7.- Mantenerse físicamente activo
Aquí entra perfectamente la vieja frase “mente sana en cuerpo sano”. Hacer ejercicio nos pone en forma física y mental, lo que contribuye a que tengamos capacidades cognitivas adecuadas y un buen estado anímico.
La práctica regular de cualquier deporte nos ayuda a tener buena memoria, atención, estemos protegidos de la depresión y otros trastornos mentales, además de mantenernos emocionalmente bien y ser menos susceptibles a los cambios de humor.
Lo ideal es activarnos entre tres y cuatro veces a la semana, aunque algo tan simple como es caminar unos 30 minutos al día basta para que, a la larga, nuestro estado psicológico se vea beneficiado.
Cabe decir que la práctica de ejercicio más o menos intenso hace que segreguemos endorfinas, las cuales nos inducen a entrar en un estado de bienestar y placer, algo que desde luego nos mantendrá de buen humor y nos hará ver la vida de una forma más positiva.
8.- Desconectar un rato
Parece prácticamente imposible desconectarse puesto que vivimos en una sociedad en la cual se nos pide estar conectados en todo momento. No obstante, además de que es algo posible, es una necesidad.
Para poder desestresarnos y evitar que nuestro cerebro colapse es muy importante reservarse un momento al día, por muy breve que sea, para dejar a nuestra mente descansando, sin agobios.
Esto lo podemos hacer de muchas formas, ya sea escuchando música, viendo nuestro programa favorito, dándonos un baño o meditando podemos desconectarnos del estrés de ahí fuera, ya sea provocado por nuestra familia o por el trabajo. La mente necesita un poco de descanso sino no se puede trabajar ni rendir adecuadamente.
9.- Conectar con la naturaleza
Mucha gente ignora los beneficios que nos trae la naturaleza. Aunque a que llevemos siglos viviendo en ciudades, el ser humano no deja de ser un animal conectado con la naturaleza, con los bosques, el campo, la playa y los lagos. Sea cual sea nuestro ambiente natural favorito, cualquiera de ellos nos servirá para disponer de una buena salud mental.
Si tenemos la suerte de vivir cerca de una montaña o en el campo, no podemos desaprovechar la oportunidad de dar un paseo por ahí, puesto que la naturaleza nos da calma y protección frente a los problemas psicológicos.
En el caso de que no tengamos un área como esta tan cerca, podemos recurrir a la alternativa de pasear por un parque o zona verde, visitar un jardín botánico o museo natural.
10.- Cuidar las relaciones
Cuidar las relaciones personales diariamente es algo que pocos saben valorar, pero que todos deberíamos tener en cuenta. Puede que demos por sentado que nuestros amigos, familiares y pareja siempre estarán ahí, aunque pasen meses sin que nos hablemos por simple descuido y dejadez.
Si bien con la familia esto no pasa tanto, lo cierto es que con los amigos sí hay riesgo de que suceda y una relación que antes era como si fuéramos hermanos pasa a ser la de dos personas desconocidas.
Por tal motivo, debemos dedicar un tiempito diario para reavivar nuestras relaciones sociales, sobre todo si no vivimos cerca de nuestros seres queridos. No hace falta hablar cada día con todo el mundo, pero sí dedicarles un mínimo de atención regular a cada una de las personas que forman parte de nuestra lista de contactos personales. Por ejemplo, podemos empezar el lunes hablando con un amigo, el martes con nuestro hermano, el miércoles con nuestros padres.
Si bien lo ideal es quedar en persona y hacer algo juntos, la distancia (y ahora la pandemia) puede dificultarnos esta tarea. Afortunadamente la tecnología nos mantiene conectados y nos acerca aquellos que están muy lejos de nosotros, con lo cual podemos hacer videollamadas o, simplemente, enviar un mensaje para recordar que siguen siendo nuestros seres queridos que no nos olvidamos de ellas y que queremos mantener viva la llama del afecto y la amistad.
Con información de Psicología y Mente.