Superación

Cómo tratar las inseguridades personales

Fotografía de Freepik.

Las inseguridades personales que cada quien tiene hace que no solo no nos planteemos metas significativas, sino que hacen que nos sintamos mal por el simple hecho de pensar en alcanzarlas. Este es un problema psicológico que se aborda frecuentemente en terapia.

Estos complejos son una serie de creencias limitantes acerca de nuestra persona, que nos lleva a exagerar nuestras imperfecciones y que representan una restricción innecesaria en la forma que vivimos la vida.

En otras palabras, estas ideas nos anclan a una autoestima baja, con tal de no poner a prueba ciertos límites personales que vemos como inevitables, ligados a nuestra esencia como individuos.

Ahora, ¿qué podemos hacer ante el malestar que nos generan nuestras inseguridades?

Cada caso tiene su propia causa, por lo que las soluciones deben adaptarse a ella y a las características del afectado. Sin embargo, hay algunos consejos que pueden ayudar a la persona en este tipo de situación.

1.- No evites ni le des vuelta a las cosas

Dos de las formas menos sanas de gestionar las inseguridades a nivel emocional, consisten en dos actitudes aparentemente opuestas. Por un lado, quienes quieren dejar fuera todo estímulo y pensamiento relacionado con sus creencias personales.

Por el otro, quienes de manera consciente o no se obsesionan tanto con el tema que piensan en él constantemente, ya sea deseando ser una persona totalmente liberada de esos supuestos defectos o alimentando       pensamientos negativos acerca de cómo son, el rechazo que supuestamente se causa en los demás, etc.

La realidad es que estas dos formas de experimentar las inseguridades personales son muy parecidas, porque ambas le dan más fuerza, protagonismo y hacen que les prestemos atención, además de que las vemos como algo sobre lo cual no tenemos control, pues es imposible bloquear los pensamientos.

Las formas adecuadas de superar estos problemas pasan por aceptar su existencia y el malestar que generan, pero sin darles más poder del que ya tienen.

2.- Detecta las relaciones personales y contenido que puede alimentarlas

Las inseguridades casi nunca tienen causas ajenas al entorno social del afectado; incluso los medios de comunicación se ven involucrados al reivindicar ideales de belleza  y versiones mediáticas de los famosos que son inalcanzables.

Algo parecido ocurre con algunas relaciones de amistad, sobre todo cuando las críticas injustas se utilizan bajo la excusa de la honestidad.

Poder detectar aquellos aspectos problemáticos es importante para poder poner un alto a la influencia que tienen sobre nosotros, ya sea limitando nuestra exposición a ellos o, en el caso de que sea una persona, confrontarla acerca de lo que sucede para pedir dejen de adoptar una actitud tóxica.

3.- Distingue lo que puedes cambiar y lo que no

Hay aspectos de uno mismo que no podemos cambiar, pero hay otros que pueden ser mejorados. Escribe una lista con cada una de estas características, haciendo que queden englobados en dos categorías. Después, selecciona las más importantes de aquellas que consideres puedes cambiar a corto o medio plazo.

Así puedes fijarte metas específicas para lograrlo y, al ver tus progresos, tendrás la motivación necesaria para afrontar el resto.

4.-  Cuestiona los estereotipos tras las inseguridades

Comúnmente, las inseguridades se alimentan de los estereotipos que hay en la sociedad, por ejemplo, ideas como el “tanto tienes, tanto vales” o los roles de género que hace que muchas personas se mantengan en situaciones de sumisión y aparente incapacidad para superar ciertas metas de desarrollo personal.

5.- Acude a terapia

Si sientes que nada funciona, lo mejor es que asistas con un especialista para contar con el apoyo profesional que requieres.

Con información de Psicología y Mente.

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