Geriatría: ¿Qué es y cuándo la podemos necesitar?
En este cierre del Mes del Adulto Mayor, hablaremos acerca de la geriatría, la cual abarca a todos los profesionales médicos que cuidan de la salud de los ancianos. Debido a que la vida de una persona se divide en varias etapas en las que la salud llega a verse afectada, existe la necesidad de contar con especialistas para tratar esos padecimientos.
Dentro de la geriatría, encontramos a varios profesionales como médicos, auxiliares y hasta fisioterapeutas especializados. La geriatría es una rama clínica de la gerontología, la cual estudia el proceso de envejecimiento del ser humano y los problemas que eso conlleva.
Los geriatras se encargan de valorar el estado de salud de sus pacientes, ayudándolos a prevenir enfermedades y analizando como estas les afectan. Su objetivo es mantener la autonomía de los adultos mayores el mayor tiempo posible.
Estos médicos se especializan en enfermedades propias de la vejez como la demencia, osteoporosis o diabetes, además de que conocen los campos producidos por la edad, los síndromes geriátricos, las enfermedades crónicas, los medicamentos y sus efectos.
¿Cuándo se debe acudir con un geriatra?
Depende de cada persona, aunque generalmente las señales más comunes son las siguientes:
- Cuando empezamos a notar menor funcionalidad física, por ejemplo, al empeorar su habilidad para hacer las tareas cotidianas del día a día que antes realizaba sin dificultad.
- La pérdida de memoria es un indicativo de que se debe acudir al geriatra, pues este médico nos hará las pruebas necesarias para identificar el posible deterioro.
- Cuando tenemos una edad avanzada y tomamos varios medicamentos, el geriatra puede analizar la relación de unas medicinas con otras.
¿Qué tipo de pacientes necesitan de un geriatra?
Si bien la geriatría varía y no es solo cuestión de edad, pues abarca a todas las personas a partir de 60 años, la necesidad de acudir con un dependerá del estado de salud del paciente.
Por un lado, los ancianos sanos, que son adultos independientes que no presentan ninguna enfermedad, y los ancianos que cuentan con algún padecimiento que no les afecta ni mental ni socialmente, pueden ser atendidos por los médicos tradicionales.
Por el otro, los ancianos ‘frágiles’, es decir, quienes se encuentran en situación de independencia, pero tienen posibilidad de volverse dependientes, si requieren la atención del especialistas. Suelen tener algún tipo de enfermedad crónica y ser capaces de llevar las tareas básicas de rutina, mientras que a otros más se les complica.
Finalmente, está el paciente geriátrico, que se trata de aquellos adultos mayores que tienen varias enfermedades crónicas y su dependencia es evidente, por lo que deben recibir consulta de este tipo de especialista.
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