Convivencia

ME CONFIESO “DIFERENTE”

Por Mirna Pineda

Soy rara.
Camino extraño, hablo mucho, lloro con facilidad, soy sensible y rebelde. Me encanta romper esquemas, cambiar paradigmas. Me visto con colores vivos, armo pachangas en un instante, abrazo a las mujeres, les doy besos y les digo que las amo.
Hace un par de años, una persona llegó preocupada a la oficina, casi con lágrimas en los ojos, le dijo a mi socia que habia rumores de que éramos lesbianas. Reímos tanto con el comentario.
Sabíamos que algunas personas lo creían, pues les resulta increíble que un par de mujeres maduras pueda manifestar expresiones afectivas –como abrazos y reconocimiento mutuo-, sin que exista un lazo sentimental, o mejor dicho, sexual.
Ser “diferente” es maravilloso.
Tú y yo somos diferentes, hablamos diferente, comemos de diferente forma, nos bañamos difente, tenemos experiencias diferentes, caminamos diferente, amamos, tocamos, bailamos, reímos, soñamos, cocinamos, dormimos y hacemos el amor, diferente.
En lo que más nos parecemos, es en que somos humanos.
Las diferencias nos dan la oportunidad de aprender del otro, para enriquecer el alma, la mente y el espíritu,
No podría imaginar un mundo igual, seria todo tan mecánico, frio y estructurado.
Por eso abrazo la diversidad, las diferencias e incluso el conflicto, pues el mismo conflicto nos brinda la oportunidad de ver dentro para reflexionar sobre mi incomodidad, para buscar formas de solución.
Sufro ante manifestaciones discriminatorias. Lamento los actos de barbarie que lastiman y matan seres inocentes.
Las balas del odio terminan con vidas, pero las palabras pueden destruir el alma.
La tragedia en Orlando abre puertas a la confusión… y la reflexión.
¿Cuántas veces las burlas han herido a los gays? ¿Cuántos chistes lastimosos se cuentan acentuando las aparentes “diferencias”?
¿Y los apodos hirientes?
Se discrimina a los homosexuales con palabras que son balazos para su autoestima.
Como madres y padres queremos que nuestros hijos respeten sin distinciones.
Es tiempo de ser ejemplo, es tiempo de ser impecables con nuestras palabras y acciones.
Los tristes hechos en Orlando brindan la oportunidad de hablar en familia sobre la solidaridad humana, la compasión y el amor.
Enseñar a nuestros hijos que las diferencias son indispensables para enriquecer nuestro espíritu, mostrando apertura de mente, y sobre todo de corazón.
En mi familia, en tu familia, hay gays.
Tenemos amigos homosexuales, que son seres maravillosos, creativos, inteligentes, leales, amorosos, solidarios, que son SERES HUMANOS, que tienen los mismos derechos.
Son tan diferentes, como yo.
Es tiempo de ser incluyentes y de amar incondicionalmente.
La comunidad gay, es también MI comunidad.

Mirna Pineda
Periodista e Instructora en Desarrollo Humano
[email protected]

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