Emociones

¿Qué es lo que significa confiar en nuestro instinto? Aquí la explicación

Fotografía de Freepik.

Sin importar que lo llames intuición, sexto sentido o corazonada, todos hemos tenido ese sentimiento de querer tomar una decisión repentina sin saber por qué; pero, ¿debemos hacerle caso a ese sentimiento todo el tiempo?

A muchos nos han enseñado a confiar en esa voz que nos dice lo que es mejor, sin embargo, poco sabemos de dónde viene ese sentimiento y por qué deberíamos confiar en él.

Conocer lo que significa el instinto y buscar una manera de medirlo ha sido tarea de muchos investigadores por un tiempo y de acuerdo con un artículo de Psychological Science, la intuición es algo completamente real y que se puede medir, pero suele confundirse con los sentimientos viscerales.

Aunque pudieran parecer lo mismo, la verdad es que tienen características que los distinguen: los sentimientos viscerales que todos conocemos como ‘mariposas en el estómago’ vienen acompañados de ansiedad y paranoia, los cuales vienen de un miedo infundado que provoca estrés; por otro lado, la intuición se crea de experiencias previas.

Cuando hablamos del instinto, hablamos de las predicciones que hace nuestro cerebro respecto a vivencias anteriores que hemos tenido y que parecen similares, dicha corazonada se fundamenta en experiencias pasadas; por su parte, los sentimientos viscerales vienen de un impulso irracional de la mente.

Entonces, ¿cuándo es seguro confiar en el instinto y cuándo no? ¿Es posible distinguir entre ambos? Por supuesto que sí, aunque puede parecer difícil diferenciarlos, basta con hacernos unas preguntas para saberlo.

Un artículo de Research Trusted asegura que confiar en el instinto bajo ciertas circunstancias puede ser beneficioso para las personas, dado a que este se basa en las experiencias pasadas. Es decir que aunque no es seguro al 100 por ciento que tenemos nuestra decisión, es más probable que sea lo mejor para nosotros.

Podemos y debemos confiar en el instinto cuando se pueda, en primer lugar, distinguir de los sentimientos viscerales; segundo, cuando se pueda separar de las ilusiones que nos creamos; tercero, cuando te encuentres frente una decisión rápida y cuarto, cuando te falta información. Bajo todas esas condiciones el instituto pudiera ser un salvavidas.

Con información de Soy Aire.

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