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Tipos de tubérculos que existen: ¡Intégralos a tu dieta!

Fotografía de Freepik.

El tubérculo es la parte de la planta que crece debajo del suelo, su principal función es almacenar los nutrientes, la energía y el agua para garantizar su supervivencia durante los periodos de sequía o los meses de invierno.

Existen dos tipos de tubérculos:

De tallo: Se forman cerca de la superficie del suelo. En este caso, es el propio tallo, o una parte de este, el que crece para formar el tubérculo, después las raíces van desarrollándose a partir de él

De raíz: Es una raíz ampliada que funciona como órgano de almacenamiento para la planta. El tubérculo puede producirse al final o en medio de la raíz de la planta, así como involucrar a la raíz completa.

Los tubérculos más comunes son la papa, el camote, la zanahoria y el rábano pero aquí hay otros más:

Batata: También conocida como camote, boniato o papa dulce, la batata es originaria de Sudamérica. Puede tener diferentes formas y colores. Dependiendo de la variedad cultivada, la piel y la carne pueden ser de color blanco, amarillo o anaranjado; tiene una textura interna fibrosa y su sabor, dulce, se asemeja a una mezcla entre la calabaza y la papa. Aporta energía, fibra dietética, vitaminas A, C y B6.

Chirivía: Llamada también pastinaca, es nativa de Europa. Aunque se puede comer cruda, la mayoría de las preparaciones requieren que se cocine. Contiene hidratos de carbono y vitaminas del grupo B. Además, tiene efecto diurético, desintoxicante y antirreumático.

Cúrcuma: Es la raíz de la planta curcuma longa y es originaria del sudeste asiático donde se utiliza como colorante textil, condimento, remedio natural e incluso como objeto religioso. Tiene un gran parecido con el jengibre, pero una vez que se corta se puede apreciar su distintivo color anaranjado intenso. Es rica en minerales como el manganeso, potasio, calcio, magnesio y hierro, y en vitaminas como B6, B3, C, K y E.

Batata, chirivía y cúrcuma

Ginseng: Es considerada una de las raíces tuberosas más populares en la medicina tradicional. El término no se refiere a una planta única, sino a un grupo de 11 especies. Las dos más conocidas son el ginseng americano y el asiático, o coreano, y ambos tipos se conocen simplemente como ginseng. Su consumo está vinculado con el fortalecimiento del sistema inmunológico, el aumento de la energía y la prevención de enfermedades.

Jengibre: Con su aroma fuerte, sabor picante y una amplia lista de propiedades saludables, este tubérculo de origen asiático se encuentra en muchos países, ya sea crudo, molido o en forma de suplemento. Sus compuestos activos (gingeroles, zingerones y shogaoles) son de gran potencial antiinflamatorio, antibiótico y antioxidante.

Jícama: Originaria de México, es de color blanco, de sabor dulce y textura crujiente. Puede consumirse cruda como botana, en ensaladas o se puede cocinar de forma similar a una papa. Contiene nutrientes, vitaminas y minerales esenciales para la salud. Es rica en potasio, vitaminas A, C, E y  del grupo B. Además, contiene aminoácidos como la histidina, valina, treonina, isoleucina y lisina.

Ginseng, jengibre y jícama

Maca andina: Es una planta herbácea originaria de los altos Andes de Perú, pertenece a la familia de las Brasicáceas (crucíferas). Tiene sabor terroso, mezclado con el sabor de una nuez o semilla. Es una buena fuente de vitaminas, aminoácidos, minerales, carbohidratos y fibra.

Nabo: Es nativo del norte de Europa, cuando se habla de él se suele hacer referencia a las raíces bulbosas de la planta, pero sus brotas y hojas también son comestibles y muy nutritivos. Tiene un color blanquecino en su parte inferior y es de color morado en la parte superior, sobre todo si la planta ha estado expuesta a la luz solar. Aporta fibra dietética y potasio, sus hojas son ricas en vitaminas B6, E, K, A y C, calcio, cobre, hierro y manganeso.

Yuca: Es originaria de Sudamérica, se le conoce como mandioca o tapioca. Su piel es dura, escamosa y de color marrón, mientras que su carne almidonada es de color blanco. No se debe comer cruda pues contiene toxinas dañinas. Para comerla es necesario eliminar su cáscara marrón y cocinarla adecuadamente, hasta que se ablande. Proporciona fibra, así como algunas vitaminas y minerales.

Maca andina, nabo y yuca

Con información de la Revista del Consumidor.

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