Superación

Tres reglas de la productividad importantes para mejorar nuestro desempeño

Fotografía de Freepik.

El término “productividad” es uno de los más utilizados en el ámbito laboral y empresarial, pues es de los principales indicadores que muestran el buen o mal rendimiento de cualquier sistema que genera bienes o servicios, se trate de una organización o de un trabajo particular junto con sus materiales.

En economía, la productividad se refiere a la relación existente entre la actividad productiva total y los medios o recursos invertidos para lograr dicha actividad en un tiempo determinado, tomando en cuenta la calidad de lo producido.

Los recursos pueden ser el tiempo invertido en términos personales, o en función de los trabajadores, recursos naturales, las infraestructuras o el capital en el ámbito empresarial.

A su vez, este indicador sirve para estimar cual es la productividad exacta de cada trabajador, cada maquinaria o cada porción de tierra cultivada, una información necesaria que usan empresas y trabajadores para mejorar su rendimiento y detectar fallos en la secuencia de trabajo.

Expertos de distintas disciplinas han planteado a lo largo del último siglo la existencia de una serie de principios que rigen la productividad de cualquier tipo de entidad dedicada al trabajo.

Se les llama “reglas de la productividad” y conocerlas sirve para potenciar aspectos como la eficiencia al trabajar e incluso para generar un buen clima laboral.

1.- Principio de Pareto: “El 20% de las acciones dan el 80% de los resultados”.

Fue enunciado por el economista y filósofo italiano Vilfredo Pareto en 1907, y dice que se pueden obtener mayores resultados invirtiendo menos tiempo y menor cantidad de recursos, lo cual implica, entre otras cosas, que poner más dinero y recursos en una actividad no siempre deriva en una mejora significativa, y que muchas veces es más sencillo obtener mejores efectos sin gastar.

2.- Ley de Parkinson: “El trabajo se va expandiendo hasta ocupar todo el tiempo disponible”.

Planteada en 1957 por el historiador británico Cyril Northcote Parkinson, señala que cada trabajo se suele llevar a cabo en función del tiempo que uno dispone.

Significa que si disponemos de poco tiempo para realizar una tarea, la terminaremos en menor tiempo, y si por el contrario, tenemos más tiempo, concluiremos esa tarea en mayor tiempo.

La forma en que trabajamos se adapta a nuestra percepción de la jornada laboral; tener esto en cuenta nos ayuda a gestionar mejor nuestro tiempo.

3.- Ley de los dos minutos: “Si es rápido, hazlo ahora”.

David Allen, consultor y experto en productividad, es el creador del método de productividad “Getting Things Done”.

Este es un precepto necesario sobre todo para aquellas personas que deben llevar a cabo varias múltiples tareas de distinta naturaleza durante su jornada laboral.

Tiene mucho que ver con la propia motivación y con las estrategias de trabajo para combatir la procrastinación, pues los ratos muertos tienen mucho potencial y no son excusa para hacer nada.

Con información de Psicología y Mente.

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