Liderazgo

Un ojo izquierdo malo, un brazo izquierdo bueno: la historia del lanzador mexicano Julio Urías

Julio Urías se ha convertido en el deportista mexicano del momento, luego de que con sus lanzamientos encaminara a los Dodgers de Los Ángeles a ganar el título de Serie Mundial que se les había negado por 32 años.

El pitcher sinaloense tuvo muy buenos números en la Postemporada, con actividad en seis partidos, dos de ellos como abridor, sumando un total de 23 entradas trabajadas, recibiendo once hits, tres carreras limpias y recetando 29 ponches, cifras que le valieron la comparación con el gran Fernando Valenzuela.

 

No obstante, como el mismo joven de 24 años lo ha dejado claro, él llegó a las Grandes Ligas a escribir su propia historia, que al igual que figuras del deporte mundial, no inició de la manera más sencilla.

Julio César Urías Acosta nació el 12 de agosto de 1996 en Culiacán, Sinaloa, y desde temprana edad se le detectó un tumor benigno en su ojo izquierdo, el cual no le permitía ver al cien por ciento. Por tal motivo, tuvo varias visitas al quirófano.

“La verdad ha sido difícil, se podría decir que para mí y para mi familia, de lo que recuerdo o mis papás me dicen, era pasar dos meses o un mes en Guadalajara cuando fueron las operaciones y ellos estar conmigo, que mi papá faltara a su trabajo por estar en ese tipo de cosas, que obviamente un papá es lo que hace por un hijo, y que tu mamá y tu familia también”, relató.

El bullying en la escuela y las dudas por parte los scouts acerca de sus capacidades por su problema en el ojo, fueron otros de los obstáculos que el “culichi” tuvo que enfrentar durante su niñez y juventud, sin embargo, en lugar de permitir que eso lo detuviera, lo impulsó a luchar más por sus sueños.

“Sí viví mucho ese tipo de cosas así pero nada me quedaba decir ‘no, ya no voy a querer salir de la casa’, o ‘ya no voy a querer ir a la escuela’, o ‘ya no voy a querer hacer esto o salir a jugar beisbol’, si mi vida siempre ha sido eso”, relató.

“Después vinieron los temas con los equipos cuando me iban a checar a Culiacán o me miraban en torneos, obviamente la primera pregunta era ‘¿qué te pasó o qué tienes?’, o ‘¿vas a poder lograr el sueño que tú quieres teniendo ese problema?’, pero para mí nunca ha sido un impedimento, como siempre lo he dicho, hay que estar contentos con lo que Él te manda, hay que estar contentos con las bendiciones que nos manda y simplemente hay que verle lo bueno de la vida”, agregó.

 

Pese a las dificultades que tuvo en su niñez, además de los esfuerzos extras que sus padres tuvieron que hacer, Julio nunca dejó que su situación le afectara. Por el contrario, el pitcher se aferró a su religión para que esta le guiara por el camino del bien.

No por nada tiene un tatuaje de San Judas Tadeo en el brazo, santo del cual el zurdo es devoto y a quien cada que puede visita en la iglesia y le deja su ofrenda.

Dios me dio un ojo izquierdo malo, pero un brazo izquierdo bueno“, es la ya célebre frase dicha por Urías.

Fue en junio de 2012 cuando Logan White, scout de los Dodgers, fue testigo del talento del sinaloense en una prueba hecha en Oaxaca, y para el día de su cumpleaños número 16, fue firmado por 450 mil dólares.

Su debut en la Gran Carpa llegó el 27 de mayo de 2016 en un partido contra los Mets de Nueva York. A sus 19 años, se convirtió en el lanzador más joven en presentarse por primera vez en las Mayores desde Félix Hernández con los Marineros de Seattle en 2005.

JulioWSTras unas campañas con números aceptables, llegó el 2020, sin lugar a dudas el mejor año de su carrera, y aunque la pandemia de COVID-19 hizo que la temporada tuviera que sufrir varios ajustes, Urías aprovechó para superar al ‘Toro de Etchohuaquila’ como el lanzador mexicano con más victorias en la postemporada, con seis.

Luego de la polémica suscitada cuando el manager Dave Roberts lo sacó del Juego 4 de la Serie Mundial, el cual había iniciado, se le dio la oportunidad de sacar los últimos outs del partido decisivo, lo cual hizo de manera excelsa.

Ahora, con tan solo 24 años, un campeonato en el mejor beisbol del mundo, buenos números en su registro como pitcher y sobre todo, habiendo superado las adversidades que desde pequeño la vida le puso, el futuro de Julio luce prometedor, perfilándose a ser una de las máximas figuras del deporte azteca.

Por Daniela B. / Con información de Marca Claro e ESPN.

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