Volver a los brazos de tu madre
Por Paty Valdez
A partir de lecturas, experiencias y comprensiones de vida, de maestr@s, que día a día están ahí, para mostrarme algo que me lleva a un escalón más; a veces hacia abajo, muy abajo; donde estoy sola, dejando fluir la confianza en la luz que llega mientras espero a ESO que resulta inexplicable, mostrando por un instante lo esencial.
En este caso les comparto eso, que día a día lo vemos y en ocasiones tan poco lo aparecíamos; se ha vuelto algo tan rutinario, que se CREE, que no pasa nada si se corta de tajo.
Rutinario es mirar la concepción de un ser humano, su proceso de gestación, su nacimiento, su trayecto por este mundo, sin embargo cada ser que viene a este mundo, trae consigo una gran misión; es el buscador de la sanación. Es la esperanza del sistema familiar, del Gran Alma colectiva que pide a gritos sanidad.
A través de mirar a la vida, miras a tu madre iniciando tu proceso de sanidad. Podrás decir; “claro que la veo”, sin embargo el mirar con el lente del espíritu; te da una visión distinta, clara, sencilla del camino de regreso hacia la vida y hacia el éxito. ¿Qué tipo de éxito? El que te levantes de la tumba dejando la cuna de la muerte, regresando a los brazos de tu madre, ¡¡ESO ES TENER ÉXITO!!
Les dejo un ejercicio tomado de Bert Hellinger.
Cierren los ojos.
Y ahora miramos a nuestra madre y en ese contexto también a nuestro padre con amor. Pero un amor espiritual. Un amor completamente distinto al amor emocional por más importante que este último sea.
Miro a mi madre y a mi padre y veo que están tomados al servicio por parte del espíritu, una fuerza creadora y de esa fuerza ellos son capaces de pasarme la vida a mí. Y ante esta fuerza ellos son grandes, no hay nada más grande que los padres. Junto con esa fuerza ellos han hecho lo correcto, al servicio de esa fuerza se hicieron nuestros padres.
Y ahora vemos su grandeza. Una grandeza divina. Y los miramos con devoción y luego nos inclinamos ante ellos profundamente. Y al mismo tiempo nos inclinamos ante esta fuerza creadora. Y luego nos vamos retirando lentamente a cierta distancia sin exigencias, solamente estando ante ellos.
Y ahora tomamos todo, tal como nos llega de ellos, de lejos. Y abrimos nuestro corazón y nuestro alma para todo tal como ellos nos han regalado. Y sentimos el efecto en nuestro corazón y en nuestra alma. Y luego giramos sabiendo que ellos están detrás de nosotros. Delante de nosotros ahora hay una pareja. Y en sintonía con todas estas fuerzas le miramos y le decimos: te amo.
¡Hasta la próxima!
Te abrazo.
Psic. Paty Valdez N.
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