Adicción a las compras: Cuándo se vuelve necesario pedir ayuda
Si eres de aquellas personas que te gusta ir a las tiendas y comprar lo que sea sin necesitarlo, ¡cuidado! Podrías ser un adicto a las compras.
Aunque no lo creas, este es un problema real que requiere de ayuda profesional para superar antes de que la vida del afectado se vea alterada.
Información compartida por el Huffington Post arroja que por lo menos una de cada 20 personas en Estados Unidos, el 6 por ciento, es adicta a las compras.
Aunque pudiera pensarse que las mujeres tienen mayor probabilidad de convertirse en “shopaholic“, la proporción de hombres adictos a comprar es similar a la de ellas, pero sus preferencias en artículos son diferentes.
Ahora bien, ¿cómo identificar a un adicto a las compras? El afectado puede tener las siguientes características:
- Necesitan tener control sobre las cosas.
- Son genuinamente impulsivos y compulsivos.
- Compran artículos en cantidades múltiples; por ejemplo, la misma blusa o camisa en 10 colores.
- Almacenan cosas innecesarias.
- Esconden de su familia lo que compran.
- Sienten culpa o vergüenza después de los ataques de compra, pero después siguen comprando.
- Adquirir artículos les causa sentimientos muy intensos.
- Gastan excesiva e impulsivamente.
- En las tiendas los conocen por su nombre.
- Tienen problemas financieros, deudas excesivas y problemas en sus relaciones familiares.
- Se separan de los amigos que compran poco.
Además de estos síntomas, la condición del adicto es complicada, puesto que pueden llegar a tener problemas con su familia, pareja y/o trabajo.
Existen algunos shopaholics buscan distraer sus sentimientos y necesidades emocionales como ansiedad, depresión o tristeza, a través de las compras; también acumulan sus adquisiciones como trofeos y son expertos en ofertas y descuentos. Incluso puede llegar a devolver a la tienda lo que se llevó en poco tiempo.
Si te identificaste con alguna de las características anteriores, es importante que hagas un análisis de tus compras y las razones, para tener un control, además de que sólo adquieras lo que realmente necesitas, sin ceder a la tentación de arrasar con todo.
Claro que un gustito de vez en cuando no cae mal, pero cuando se vuelve algo de todos los días, lo mejor es replantearse la situación.
Para ayudarte, recuerda cancelar cualquier suscripción física o electrónica por donde te lleguen ofertas de mercancía o servicios, reduce el límite de crédito en tus tarjetas y sólo lleva el dinero que necesites. Procura también llevar un diario financiero para tener en orden tus finanzas.
Recuerda que siempre puedes acudir con un especialista que te orientará sobre cualquier duda que tengas y si es tu caso, a superar cualquier problema que tengas.
Con información de Salud 180.
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