Así es el método del fotógrafo que vive y viaja por el mundo sin gastar dinero
Desayunar, trabajar, comer, trabajar, correr, cenar, dormir. Desayunar, trabajar, comer, trabajar, cenar, dormir. Desayunar, trabajar, dormir. Desayunar, dormir. Desadormir. Los verbos de uso diario se entremezclan en un compost oscuro y aburrido. Lo llamamos rutina, nos metemos dentro voluntariamente y luego malgastamos media vida preguntándonos: ¿cómo se sale de aquí?
Richard Tilney-Bassett conoce la respuesta. Su método es original y no cuesta una sola moneda: viajar alrededor del mundo ofreciendo servicios de fotografía a cambio de alojamiento, comida y billetes de transporte.
Sólo tiene una línea roja, nunca acepta intercambios de dinero. Con esa premisa, el británico ha dado la vuelta al mundo imprimiendo en su tarjeta gráfica recortes de vidas ajenas. Rhianna, de Genoa, se descalza y se pone de puntillas para cotillear a través de una ventana. Sophia, de Berlín, aprende a improvisar en su recién estrenado taller de teatro. Eric, de Nuremberg, hace equilibrio sobre una roca perdida en mitad del páramo alemán. Manuela, de Ginebra, baila un vals con su novio bajo un aguacero de miedo.
No solo se ofrece en Europa. Tilney-Bassett también ha llevado su proyecto The Glass Passport a Uganda, donde fotografió a los participantes en la maratón internacional de Masaka (lo hizo desde una moto, atándose con su mochila al conductor). Esa fue su cima profesional. Pero, ¿cómo empezó todo?
Tras acabar la universidad, este británico empezó a trabajar en una oficina. Y fue todo mal: “Enseguida pasé por el proceso típico de ‘No estoy seguro de lo que hago conmigo mismo’, algo que piensa mucha gente”, cuenta a CNN. Se aburrió y buscó historias de vidas inspiradoras, encontrando un modelo en el fotógrafo australiano Shantanu Starick.
Starick estaba inmerso en una aventura llamada The Pixel Trade, viajando a lo largo de los siete continentes e intercambiando sus servicios por necesidades básicas. Techo, transporte y comida caliente. Tilney-Bassett decidió que su proyecto de vida tenía mucho más que ver con aquello y dejó el trabajo de oficinista para lanzarse a la carretera. “La idea era hacer mi propia versión de ese proyecto desde el otro lado del mundo. No sabía cómo ser fotógrafo, pero sí que eso me permitiría viajar por mis propios medios”.
Así que se formó y comenzó a labrarse una cartera de clientes: “Yo no tenía a nadie para quien trabajar. Mis primeros trabajos llegaron por el boca a boca; por amigos de amigos”. Comenzó por las Highlands escocesas, gracias a esas fotos empezó a adquirir cierta reputación.
“Empezar por mi propia tierra me dio la oportunidad de construir mi confianza y mis habilidades –narra a la CNN–. Esas primeras imágenes ayudaron a escalar el proyecto desde el Reino Unido a Europa, y después a otros continentes; siempre haciendo de todo, de retratos de boda o alimentos a fotos más creativas”.
El viaje vital de Tilney-Bassett, ¿supone el triunfo de la experiencia sobre los bienes materiales? Parece que sí: “Las prioridades se me fueron de las manos y empecé a hacer más trabajo del que realmente quería hacer. Me di cuenta de que ganar mucho dinero no era realmente importante para mí”.
Y en ese punto sigue, en la comodidad del bolsillo sin peso: “Empecé el proyecto con la cámara y la maleta que ya tenía. Después de un año en movimiento, no tengo la necesidad de comprar nada más”.
¿Por qué no? ¿Por qué no sustituimos el patrón oro por el patrón foto? A Shantanu Starick y a Richard Tilney-Bassett les ha ido de maravillas.
Fuente: http://www.playgroundmag.net/life/metodo-Tilney-Bassett-viajar-alrededor-gastar_0_2047595238.html