Biodiversidad y comunidades originarias: ¿es coincidencia que ambas estén en peligro?
Aunque para muchas personas los pueblos originarios solo están en los libros de historia, se calcula que en todo el mundo suman alrededor de 370 millones de personas. Es decir, representan un 5% de la población del mundo.
Los pueblos originarios se encuentran distribuidos en 5.000 grupos, 90 países, y hablan alrededor de 7 mil idiomas; muchos de los cuales, sin embargo, no son reconocidos oficialmente.
Desde tiempos muy antiguos, las comunidades originarias vivieron desde un paradigma de relación con la naturaleza muy distinto al que manejamos actualmente. Y sin embargo, a pesar de su rol de guardianes de los tesoros de la Humanidad, representan el 15% de los más pobres, y sus derechos son vulnerados una y otra vez.
¿Cuáles son las principales amenazas de las comunidades originarias?
La posesión de la tierra y los recursos es, probablemente, uno de los temas que más afectan a los pueblos originarios hoy. Aunque, en muchos casos, no son propietarios legales de las tierras que habitan, han creado a lo largo de generaciones enteras una relación tan cercana con su ambiente que desplazarlos implica para ellos la pérdida de una pieza central en su cultura, así como de su medio principal de subsistencia, en muchos casos. Eso, claro, sin mencionar que la mayoría de estos desplazamientos tienen como contrapartida la concesión o venta a compañías cuyo objetivo es la explotación de los recursos naturales que dichas comunidades se encargaron de proteger.
Los pueblos originarios, en este sentido, reivindican su derecho a preservar su identidad y su cultura, a la autodeterminación y a la información (y el consentimiento) respecto de los proyectos que pretenden instalarse en las tierras que habitan.
“Muchos pueblos indígenas siguen siendo desposeídos de sus tierras por los estados y las corporaciones y están siendo criminalizados y asesinados cuando luchan para proteger sus tierras de ser tomadas y contaminadas por las compañías mineras y petroleras”, señala al respecto Tauli-Corpuz, Relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en una entrevista a The Guardian. En este sentido, las industrias extractivas e incluso el cambio climático, ya que suelen vivir en áreas con mayor riesgo de desastres naturales.
¿Qué pasa con la Biodiversidad?
Según a un estudio realizado por University College de Londres, el Museo de Historia Natural y el Centro Mundial de Vigilancia de la Conservación (Unep-Wcmc) de la ONU, la biodiversidad del mundo se ha reducido en poco más de un 58%.
De acuerdo a la investigación, publicada en la Revista Science y basada en 2 millones de registros de casi 40.000 especies terrestres, esta pérdida es tan grande que pone en cuestión la capacidad de los ecosistemas para, incluso, soportar la vida humana. ¿Por qué? Porque aunque pareciera que la vida animal y vegetal, y la humana transcurren en caminos paralelos, fenómenos como la polinización de los cultivos, la descomposición natural de los desechos o la misma regulación del ciclo del carbono podrían estar en peligro.
De hecho, esta reducción supera el llamado “límite de seguridad” fijado por el Índice de integridad de la biodiversidad (BII), que mide los cambios en la cantidad de especies de un ecosistema. De acuerdo a los investigadores el porcentaje aconsejable es del 90% y ha caído a un 84%.
Los ecosistemas más afectados son: los prados, las sabanas y los bosques de matorral; los mejor preservados, por el contrario, son la tundra y los bosques boreales.
“Quienes toman las decisiones se preocupan mucho por las recesiones económicas, pero una recesión ecológica podría tener consecuencias incluso peores y la biodiversidad que ya está dañada supone que corremos el riesgo de que se produzca”, señaló uno de los investigadores.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
Que se estén conociendo cada vez más casos de vulneración de derechos a miembros de pueblos originarios y que, al mismo tiempo, se vea reducida la biodiversidad pueden tener más relación de lo que crees.
“Cuando los derechos de los Pueblos Indígenas a sus tierras están protegidos, son los mejores guardianes de los bosques y la biodiversidad del mundo. Los estudios muestran que donde los Pueblos Indígenas tienen derechos seguros sobre sus tierras, el almacenamiento de carbono es más alto y la deforestación es más baja”, señala Tauli-Corpuz.
Por eso, asegurar los derechos a la tierra de los Pueblos Indígenas podría ser una manera de luchar contra el cambio climático, frenar el avance de las compañías que buscan explotar los recursos sin tener en cuenta el impacto ambiental, proteger la biodiversidad, reducir la pobreza, disminuir la violencia y los conflictos, y, especialmente, garantizar el respeto de los derechos humanos.
Además, implicaría revalorizar su sentido de la comunidad, y del vínculo y respeto con la naturaleza que nuestros antepasados han sabido construir a lo largo de la historia.
Fuente: http://www.labioguia.com/notas/biodiversidad-y-comunidades-originarias-es-coincidencia-que-ambas-esten-en-peligro