¿Cómo evitar que mi hijo llore si no puedo atenderlo en ese momento?
Uno de los problemas que los padres experimentan durante la primera infancia de sus hijos son aquellos lloriqueos que hacen cuando no reciben la atención que requieren.
Y es que en ocasiones, más ahora en esta época de home office y pandemia, los papás se ocupan en otros asuntos relacionados con la casa o trabajo, por lo que deben enfocarse en ello.
Lo importante es tomar en cuenta que los niños lloran porque es su manera de pedir ayuda sobre prácticamente cualquier cosa que puedan necesitar, explican especialistas.
Ya sea comida, juguete o hasta amor, si el pequeño siente que no lo tiene y no hay una respuesta de tu parte, empezará a lloriquear.
Para evitar que esto suceda, no hay necesidad de incluir gritos o regaños, por el contrario, especialistas recomiendan esta serie de acciones para lograr que el menor derrame lágrimas.
1.- Atiende sus necesidades
Como lo mencionábamos, lo ideal es atender las necesidades de tu hijo cuando las exprese, lo cual no significa que debas estar a su disposición todo el tiempo.
2.- Reconoce qué necesita
Lo más importante para detener sus lloriqueos es detectar que es lo que requiere. Aunque esto no es lo más fácil del mundo, considera factores como el tiempo que has pasado sin comer o tomar agua, si le prometiste jugar y no lo has hecho, etc.
3.- Enséñale una nueva manera de resolver problemas
Si el punto anterior se te dificulta, lo mejor es que trabajen en encontrar otras formas de expresar sus necesidades, lo cual será una gran herramienta de comunicación en el futuro.
Los expertos sugieren este sencillo ejemplo de diálogo para lograrlo:
“Veo que estás disgustado, ¿es porque no podemos jugar en la tarde?”.
También puedes darle a entender que los lloriqueos no son buenos y que con eso no logrará captar tu atención.
“No te entiendo cuando te pones así, habla con tu voz normal y juntos lo resolveremos”.
Recuerda hacerlo con tu voz neutra y calmada, pues si te enojas, solo harás que se desespere más.
4.- Explícale si tienes otras cosas que hacer
Suele pasar que los niños comienzan a llorar justo cuando mamá está por cocinar, a la mitad de una llamada o al empezar su jornada laboral.
Si este es tu caso, dile con claridad con el pequeño para explicarle porque no podrás atenderle por el momento.
La recomendación de los especialistas es establecer un periodo de tiempo realista, por ejemplo, decir: “en cuanto termine de picar las verduras, resolvemos tu rompecabezas” o “en cuanto cuelgue el teléfono te doy una fruta”.
Por el contrario, evita decir frases vagas como “en un rato” o “luego”, ya que no entenderá que sus necesidades serán atendidas pronto y volverá a llorar.
Con información de VIX.