Cómo lavar mis almohadas en la lavadora para que queden limpias y esponjosas
Las almohadas son un artículo que necesita lavarse seguido, pues están en contacto directo con la piel mientras dormimos, por lo que necesitan mantenimiento al ser propensas a acumular polvo, ácaros, restos de cabello, maquillaje, saliva y, sobre todo, sudor.
La mejor manera de cuidar tus almohadas es cambiar las fundas cada semana, al igual que las sábanas, pero si vives en una zona calurosa, el cambio debe hacerse cada dos o tres días.
Es conveniente cambiar las almohadas cada dos o tres años, para que tengan la misma firmeza en las cervicales y la zona del cráneo, pues si se deforman, pierden su función y además de afectar la calidad del sueño, puedes sufrir pequeñas lesiones.
¿Cómo lavar las almohadas?
Para que queden como nuevas, primero rocía con un spray antimanchas las zonas donde se aprecien manchas de sudor o suciedad.
En la lavadora, introduce jabón y un par de almohadones, no más para no forzar la lavadora; usa agua caliente para eliminar cualquier resto de detergente.
Si tienes secadora, introduce dos bolas de secado para evitar que el relleno se quede acumulado de un lado. Cuando la almohada es de plumón, necesitará un programa frío y será templado cuando el interior sea de relleno sintético.
Saca de la máquina las dos piezas y escurre ambas para observar si quedan restos de humedad; de ser necesario, introdúcelas de nuevo con un secado de 30 minutos.
Para secarlo al aire libre, hazlo en una superficie plana y limpia; si es tendedero, procura que las almohadas tengan la luz directa del sol para blanquearlas más y cuélgalas por ambos extremos sujetándolas con ganchos, después dale la vuelta y vuelve a suspenderlas de las esquinas contrarias.
¿Cada cuanto hay que lavar las almohadas?
Puedes meterlas a la lavadora cuatro o cinco veces al año, aunque hay que tener cuidado en leer la etiqueta y certificar que no necesiten limpieza en seco o profesional; en la etiqueta puedes encontrar las instrucciones.
Observa bien tu almohada para saber si requiere un cambio, porque todo depende del material del que estén elaboradas. Si es de látex y su aroma es molesto, pide a gritos una renovación.
Si es de plumas solo tienes que comprobar si sigue esponjosa; si es de espuma, no puede estar deformada ni parecer doblada si la pliegas por la mitad.
Con información de Mi Casa Revista / Imagen de topntp26 en Freepik.