Compra libros originales: Por qué es importante adquirirlos en comercios y plataformas legales
Muchas personas no se detienen a pensar en la legalidad del libro que adquieren; quizás porque en el sitio donde lo compran es una librería donde puede pensarse que todo opera conforme a la ley.
- Libros impresos: Sería muy raro pensar que en la cadena de comercialización de libros en el país, algún establecimiento vendiera libros no originales “piratas” o “robados”.
- Libros en formato digital: Cuando se trata de libros en formatos digitales, adquiridos en plataformas formales, tampoco es común que al comprador le surja la duda sobre si el libro pudiera ser o no original, pues el hecho de adquirirlo en estos sitios le hace sentir que el producto es legal.
- Libros pirata: Quien descarga un libro de un sitio no formal puede que esté o no consciente de que ese texto muy probablemente no sea original: es “pirata”. Lo mismo sucede cuando se adquiere un libro en un puesto informal, quizá no se esté adquiriendo un ejemplar no original.
*Los libros originales (no legales) no generan regalías.
- Costos: Mientras la editorial invierte en la compra de papel, paga los trabajos de imprenta, se encarga de la distribución de los ejemplares del libro y su comercialización en librerías, puntos de venta formales y su colocación en las plataformas de venta electrónica. Al comprar un libro no original, no se repone las inversiones, costos y gastos asociados a la venta del libro.
Los establecimientos formales invierten en exhibir y vender el libro en papel y electrónico (librerías, cadenas comerciales y plataformas), y del ingreso del libro vendido cobran sus costos, gastos y utilidades, y paga impuestos.
- Dinero perdido: En la compra de un libro no original o “pirata” gana quien roba el trabajo del autor y de toda la casa editorial, y no se repone a los establecimientos formales el costo y gasto incurrido.
El consumo de libros originales, legales, permite que conserven su trabajo quienes realizan la labor intelectual al redactar el manuscrito, los editores, ilustradores, correctores, traductores, diseñadores, casa editorial, librerías y plataformas establecidas.
Con información de la Revista del Consumidor.