Conoce cuál es el origen de la leyenda del conejo de Pascua
El conejo de Pascua es un personaje clásico de esta temporada, llamativo sobre todo para los niños, a quienes les gusta recibir una cesta con huevitos de colores y dulces.
Pero, ¿sabes cómo fue que se adaptó esta tradición?
Pues bien, este animalito fue elegido por su capacidad de procreación, que es una cualidad muy apreciada en las fiestas dedicadas a la fertilidad de las tierras en primavera, tras la época de invierno.
Esta se asocia a la diosa fenicia Astarté, a quien está dedicado el mes de abril, y en inglés, la Pascua se conoce como ‘Easter’, diosa de la luz a la que se dedica la festividad de primavera. Ya en el siglo VIII, los anglosajones cambiaron el nombre a la fiesta cristiana de Pascua.
La tradición cristiana, por su parte, cuenta que el origen del conejo de Pascua se remonta a la época de Jesús, donde se dice que un conejo estuvo encerrado con él en el sepulcro, por lo que fue testigo de su resurrección.
Luego de que pusieran la piedra y quedaran ambos encerrados en el sepulcro, el conejo no dejó de observarlo ni un momento, pensando en quién sería esa persona a la que la gente tanto quería.
De repente, atestiguo como Jesús resucitó, se levantó y dobló las sábanas con las que le habían tapado; al mismo tiempo, un ángel quitó la piedra de la entrada y el hijo de Dios salió vivo.
Sorprendido, el conejo quiso avisar a todos del milagro, pero como no podía hablar, decidió pintar y decorar huevos para repartirlos, manifestando la alegría y el mensaje que quería transmitir.
Por ello, cada Domingo de Resurrección, ese conejito sale para dejar huevitos de colores y dulces, recordando que Jesús resucitó, que es motivo de alegría y felicidad.
Con información de Hogarmanía / Imagen de jcomp en Freepik.