¿Crees que no eres sexista? Podrías estar equivocado
¿Ha escuchado la historia del violín detrás de la cortina? En la década de 1970, el número de mujeres en las principales orquestas estadounidenses era de sólo un 5 %. Después de analizar el motivo, decidieron realizar audiciones ciegas en las que los candidatos tocaran sus instrumentos detrás de una cortina.
Para su sorpresa, descubrieron que las audiciones ciegas duplicaron la cantidad de mujeres que llegaban a las instancias finales y aumentaron de manera significativa la probabilidad de que una mujer fuera seleccionada. Actualmente, las mujeres representan entre el 25 y el 30 % de los integrantes de estas orquestas, y el crédito debe atribuirse a la eliminación del género de la ecuación.
¿Es este prejuicio de género exclusivo del mundo de la música? En resumen, no. El prejuicio de género está en todas partes, y en gran medida es inconsciente. Hay una multitud de investigaciones que podría citar, pero voy a mencionar dos ejemplos:
1. El caso Howard/Heidi, desarrollado en Harvard y utilizado por una serie de escuelas de negocios. Se pidió a los estudiantes que leyeran un estudio de alguien llamado Howard Roizen, el que calificaron como muy bien hecho y eficaz, y a Howard como una persona con la que querrían y estarían dispuestos a trabajar. Sin embargo, cuando el mismo estudio se asignó a Heidi Roizen, los mismos estudiantes lo encontraron bien hecho y eficaz, pero dijeron que no les gustaría ni querrían trabajar con ella.
2. Evaluaciones de los estudiantes. Se pidió a una facultad de ciencias que evaluara solicitudes de estudiantes que incluían exactamente la misma información, pero se asignaron nombres femeninos y masculinos al azar. Los candidatos masculinos fueron calificados como mucho más competentes y dignos de contratar que las candidatas femeninas idénticas.
No tan justos como pensamos
¿Por qué sucede esto? Porque todos tenemos prejuicios. Yo los tengo, usted los tiene. Hombres y mujeres los tienen, jóvenes y viejos. En todas las etnias y estatus sociales. Nuestras experiencias nos forman y no podemos evitar que influyan en nosotros. Tomamos decisiones rápidas, no solo sobre hombres y mujeres, sino sobre todo tipo de cosas.
Creemos que somos justos y objetivos, pero no lo somos.
¿Qué se puede hacer al respecto?
Los prejuicios inconscientes son un gran obstáculo para la igualdad de género, pero todos podemos hacer algo al respecto. Cuando las empresas abordan este problema, se pueden ver los resultados.
Vea la decisión de Ernst & Young de eliminar todos los detalles académicos y educativos de nuestro proceso de solicitudes de empleo y de introducir una política de CV ciego para reducir los prejuicios inconscientes. En 2015, estas medidas nos ayudaron a ampliar nuestro grupo de talento, con un aumento del 10 % en la cantidad de personas contratadas provenientes de escuelas estatales. Es más, el 18 % de los graduados y estudiantes talentosos que contratamos en 2016 no habrían podido presentar una solicitud bajo la política anterior.
A menudo se puede oír que los avances tecnológicos traerán aparejado un claro efecto negativo para las mujeres, pero hay razones para ser optimistas. Creo que la inteligencia artificial, de hecho, podría ayudar a reducir los prejuicios.
Con el tiempo, es posible que los desarrollos como la inteligencia artificial (IA) ayuden en realidad a construir una sociedad más justa. Es cierto que la automatización avanzará sobre un alto porcentaje de puestos de trabajo de mujeres, como la administración de oficinas, y que menos mujeres estudian y trabajan en las áreas de ciencia e ingeniería, donde se crearán los nuevos puestos de trabajo.
Pero por otro lado, la IA y la automatización utilizan reglas y criterios preestablecidos, y estos podrían mejorar nuestra objetividad. Podrían evitar que se pasen por alto candidatos con talento, con las calificaciones necesarias para el trabajo y capaces de hacerlo bien simplemente porque no satisfacen los prejuicios inconscientes de un comité de ascenso en cuanto a su género, raza, discapacidad o edad.
Medidas audaces contra los prejuicios
El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. El tema este año fue: las mujeres en un mundo laboral en transformación. Y es importante porque mientras exista la desigualdad, debemos hacer más que sólo hablar del tema.
Vale la pena decir que ser audaz no significa necesariamente lograr un cambio enorme y radical. A veces, eso no está en nuestro poder. Pequeños pasos también pueden dar lugar a grandes transformaciones.
La desigualdad de género es un tema complejo y resolverlo implicará la interconexión de muchas piezas. Los pasos positivos incluyen la creación de una cultura que entienda y valore la diversidad, que aliente a hombres y mujeres a patrocinar y orientar a las mujeres, que capacite a las personas a identificar sus prejuicios inconscientes y a desarrollar estrategias para superarlos. Y se deben destacar los modelos de papeles femeninos y promover el trabajo flexible para todos los empleados.
Nuevas reglas para obtener mejores resultados
El año pasado en Ernst & Young hice la promesa de incrementar la cantidad de mujeres en el proyecto profesional. Cuando reviso las listas de candidatos para los próximos puestos, desafío a mis colegas a averiguar si hay una mujer en esa lista. Debido a que a menudo están allí, no alardeando sino haciendo sus trabajos, y es en acciones como esta, en empresas de todo el mundo, donde se efectuará el cambio real. Todos tenemos un papel que desempeñar.
Seamos audaces en 2017. Identifiquemos nuestros prejuicios y neguémonos a que nos gobiernen. Porque los equipos que desafían desde múltiples puntos de vista, y piensan los problemas de manera diferente, logran mejores resultados.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/293288