¿Estás a dieta y no bajas peso? Esto es lo que estás haciendo mal
Quien más y quién menos, la mayor parte de personas que padecen sobrepeso han intentado perderlo en alguna ocasión. Sin embargo, el porcentaje de los casos de éxito es muy reducido (al menos, a largo plazo, que es lo realmente importante para la salud). ¿Por qué fallan la mayoría de las dietas? La experta en nutrición Paloma Gil ha querido dar respuesta a esta y otras muchas preguntas que normalmente nos hacemos en relación a la pérdida de peso en su recién publicado ‘El fin de las dietas’.
A continuación te ofrecemos un pequeño adelanto de esas razones principales por las que, según Gil, nos resulta tan complicado ganarle el pulso a la báscula:
-La temporalidad de la dieta. El primer error es pensar que una dieta empieza y acaba. Si cambias tu forma de comer y pierdes unos kilos, pero después vuelves a comer igual que antes, está claro que volverás a coger el peso perdido. Para mantener el peso, el cambio dietético debe permanecer en el tiempo.
-Dietas muy estrictas. Insistiendo en el punto anterior, cualquier dieta que te haga perder peso a base de comer muy poca cantidad será difícil de seguir durante mucho tiempo; ni tu salud ni tu apetito te lo permitirán. Perderás peso, pero lo volverás a coger en cuanto vuelvas a comer como antes.
-Dieta monótona o restrictiva. Una de las claves para perder peso de forma definitiva es conseguir cambiar los hábitos dietéticos de por vida. Si pierdes peso a base de eliminar algún grupo de alimentos o con combinaciones de alimentos restrictivas o poco habituales, no adquirirás un hábito dietético equilibrado ni serás capaz de comer de esa manera durante mucho tiempo sin que peligre tu salud.
-Nos olvidamos del ejercicio físico. Es posible perder peso sólo reduciendo la comida, pero no es aconsejable. Con la práctica de ejercicio no sólo aumentamos la velocidad de la pérdida sino que podemos revertir nuestra tendencia a engordar, aumentando nuestro metabolismo basal e incluso modificando nuestra genética.
-Controlar la motivación. Muchas dietas fracasan porque decidimos cambiar de estilo de vida en el momento menos apropiado. Es importante que estemos realmente convencidos de que queremos perder peso y de por qué queremos perderlo. Sólo una gran motivación puede hacer que seamos capaces de sobrellevar los momentos difíciles. Y, por supuesto, si vemos que no lo conseguimos, deberíamos pedir la ayuda de un profesional.
No obstante, en las páginas de ‘El fin de las dietas’, el lector no sólo descubrirá qué errores debe evitar si quiere perder peso, sino por qué tipo de pautas apostar. Así, Gil trata de ayudarnos a dar los primeros pasos para llevar una alimentación saludable y aprender a comer mejor. Para ello, la experta nos propone, entre otros contenidos, 40 recetas healthy y un gran número de consejos prácticos como estos que os mostramos también, a modo de ejemplo:
1. Consumir a diario fruta y verdura. Al menos 5 raciones al día. La fruta y la verdura, además de minerales y vitaminas, nos aportan fibra. Las personas que consumen más verdura y más fruta tienen menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
2. Tomar cereales integrales. Sustituir el pan, el arroz o los cereales azucarados por sus homólogos integrales, que aportan más fibra y más nutrientes.
3. Mejorar la calidad de las proteínas. Reducir el consumo de carne roja y de carnes procesadas y aumentar el consumo de otras proteínas más saludables como las vegetales, las del pescado o el huevo. En general, una porción de carne o de pescado del tamaño de la palma de nuestra mano es suficiente.
4. Consumir grasas saludables. Debemos eliminar los productos con grasas trans o parcialmente hidrogenadas y usar para cocinar y aliñar grasas más saludables, como la del aceite de oliva virgen. La grasa aporta calorías, por lo que debemos limitar su consumo, pero nunca eliminarla de nuestra dieta, ya que es buena para la salud y necesaria para el cerebro.
5. Elegir los lácteos que consumimos. Si no somos intolerantes, podemos consumir leche, yogures y queso, pero evitar todos los derivados que aportan grasa, azúcar y aromas artificiales.
6. Limitar el consumo de sal. Tomar menos de 5 g (una cucharadita pequeña) de sal al día mejora nuestra salud cardiovascular y reduce la mortalidad. Hay que poner atención también a la sal que llevan los productos envasados como salsas, aperitivos salados, etcétera.
7. Limitar el consumo de refrescos. Tanto si llevan azúcares añadidos como si no, cada vez hay más evidencias de que la bebida de preferencia deber ser siempre el agua. El resto de las bebidas debemos considerarlas como algo excepcional.
8. Evitar los precocinados. Siempre que podamos debemos cocinar tanto nuestros platos dulces como salados y, si los compramos ya hechos, analizar siempre la etiqueta para elegir el más saludable.
Fuente: http://mx.hola.com/cocina/nutricion/2017062196108/errores-bajar-peso/