Estrategias que te ayudarán a gestionar mejor tu tiempo y así aprovechar el día
Las obligaciones personales, del trabajo y el ritmo de vida hace que se nos acumulen las actividades, lo que puede derivar en estrés y tensión.
Sin embargo, si logramos gestionar el tiempo adecuadamente, podemos disminuir la presión que esta sobrecarga de trabajo acarrea.
Te daremos algunos consejos sobre cómo mejorar nuestras habilidades a la hora de hacer un buen uso del tiempo disponible y rendir más en tareas cotidianas.
Actitud positiva
Mantener una disposición y una actitud positiva ante el trabajo es indispensable para invertir nuestro tiempo de una manera efectiva. Esto ayudará a que tengamos la mente más despejada y podamos planificar mejor nuestro trabajo.
Si una tarea está planteada de manera que no motive, terminaremos buscando excusas para distraernos. Mejor antes de ponernos trabajar debemos impulsar estrategias de automotivación.
Ser realista
Debemos ser realistas y saber qué podemos hacer y que no, pues de lo contrario lo único que pasará es que nos invadirá el estrés y la frustración.
Lo mejor es tener en cuenta nuestras habilidades, para crear metas concretas y ajustadas a lo que sabemos acerca de lo que somos capaces de hacer.
Establecer objetivos
Tenerlos es esencial para saber hacia donde nos dirigimos, y deben ser claros, cuantificables, factibles y asequibles.
Clarificar las tareas
Tener claras las tareas que se han de realizar para conseguir los objetivos es esencial para no perder el tiempo en actividades que no nos servirán. Lo mejor es desglosarlas y convertirlas en tareas más pequeñas y sencillas.
Priorizar
No todas las tareas son igual de importantes, por lo que trazar un plan de acción y jerarquizar las tareas nos ayudará a estar organizados, poder llevar un seguimiento de nuestros logros y anticipar posibles complicaciones.
Elaborar agenda o calendario
Una planificación óptima evitará al mínimo la aparición de tareas imprevistas y olvidos, por lo que nos dejará más tiempo libre.
Realizar antes las tareas más ligeras
Si tenemos una o varias tareas que podamos hacer en dos minutos o menos, podemos hacerlas inmediatamente. De lo contrario, después de una tarea pesada nos quedan todavía muchas tareas pequeñas y ligeras para las que ya no tenemos energía.
Además, nos sentiremos más realizados al haber hecho muchas cosas en muy poco tiempo.
Centrarse en una sola tarea
Es muy importante no intentar acaparar varias tareas o actividades a la vez. Aunque tengamos muchas cosas por hacer, es mejor hacerlas una por una, asegurándonos así una buena concentración y rendimiento.
Reducir las distracciones
Celular, internet, redes sociales, otras personas o tareas, pueden desviar nuestra atención del trabajo, por lo que es necesario que estén lo menos visibles o presentes posibles.
En el caso de que aparezca un imprevisto, mejor anótalo y hazlo después, para no interrumpir lo que ya estabas haciendo.
Descansa
No vale la pena sobrecargarse y aguantar el cansancio solo por tratar de acabar antes o hacer más cosas. Es necesario reposar cada cierto tiempo, cambiar de postura y hacer que nuestro cerebro descanse y se distraiga un poco.
De lo contrario, lo más probable es que esa acumulación de cansancio acabe por agotarnos, volvernos menos ágiles mentalmente y darnos la sensación de que no podemos con todo.
Desconéctate
Una vez termine la jornada, en la medida de lo posible hay que dejar las tareas para el horario laboral o de trabajo, y dedicar el tiempo libre a desconectarse e invertirlo en nosotros mismos.
Evita la procrastinación
Procrastinar significa postergar, retrasar o posponer todas aquellas actividades o hábitos que nos apetece hacer o no nos sentimos motivados, reemplazándolas por otras que nos estimulen más o sean más irrelevantes.
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