Estudio de la Universidad de Copenhague revela la clave para entender mejor a los animales
Puede bastar un ruido de un animal para identificar si está contento o incómodo, sobre todo si eres empático o pasas mucho tiempo alrededor de ellos. Así lo determinó un estudio hecho por el Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague, dirigido por la etóloga Elodie Briefer y publicado en la revista Royal Society Open Science.
Para hacer la investigación, se grabaron sonidos que emitían animales en diferentes situaciones, asociadas a una valencia positiva negativa, después se verificó la valencia emocional mediante indicadores de comportamiento y frecuencia cardiaca, además que se grabaron sonidos humanos emitidos por actores.
A continuación, se presentaron los sonidos a mil 24 participantes de 48 países, que previamente rellenaron un cuestionario con preguntas sobre género, edad, nivel de estudios, si tenían hijos y si su trabajo o estudios estaban relacionados con animales.
Tras escuchar los sonidos, se les pidió a los participantes que adivinaran si el sonido era de excitación alta o baja, o de carga emocional positiva o negativa. Además, tuvieron que completar una prueba estándar de empatía.
En más de la mitad de los casos, las personas pudieron interpretar correctamente los sonidos, sobre todo el nivel de excitación emocional, probablemente al ser una respuesta al estrés conservada a lo largo de la evolución en los mamíferos y suele estar representada por un ruido de alta frecuencia, detalló la autora principal del estudio.
El sexo y nivel de estudios no influyó en la capacidad de las personas para interpretar los ruidos de los animales, pero la edad sí, pues las personas de 20 a 29 años tuvieron los mejores resultados.
Las personas con un oficio relacionado con animales demostraron una mejor capacidad de entendimiento de los sonidos, lo que quiere decir que la comunicación entre especies puede mejorar con la exposición y práctica.
Quienes tuvieron mejor puntuación en empatía, fueron quienes supieron interpretar mejor las emociones de los animales a través de los sonidos, lo sugiere que todos los mamíferos compartimos un sistema emocional.
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