Emociones

¿Fatiga por confinamiento? Qué es, cómo nos afecta, cómo se relaciona con la pandemia

Fotografía de Freepik.

La fatiga por confinamiento es otra de las formas de malestar que han surgido a raíz de la pandemia por covid-19, la cual puede prolongarse durante semanas o meses.

Se trata de un conjunto de sentimientos y emociones asociadas al estilo de vida que propicia un confinamiento total o parcial. Por lo general, constituye una forma de desgaste psicológico y mientras dura, la persona que la desarrolla siente malestar. Nos “agota” emocionalmente, con una mezcla de estrés y un estado de ánimo bajo.

Como es el caso de la contingencia sanitaria que vivimos actualmente, este fenómeno psicológico ha afectado a muchas personas, pues durante muchos meses hemos estado limitando nuestras actividades normales, con todo lo que esto implica para nuestro estilo de vida y forma de socializar.

Algunas de las causas del estrés en la fatiga por confinamiento son las siguientes:

1.- Falta de incentivos

Algunas personas, sobre todo aquellas poco familiarizadas con el uso de dispositivos electrónicos e internet, pueden llegar a instalarse en un estado de aburrimiento crónico propiciado por la monotonía de los estímulos a los que se exponen.

Al no poder salir de casa, ven limitada la variedad de experiencias en las que pueden pasar su tiempo libre, lo cual puede derivar en la apatía, una mentalidad en la que “deja de tener sentido” buscar actividades interesantes.

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2.- Falta de contacto social

El haber permanecido durante meses en un estado de relativo aislamiento social, sin poder interactuar en persona con amigos, familiares y demás, hace que se genere una sensación de falta de red de apoyo mutuo.

Este sentimiento de soledad llega a transformarse en emociones negativas ligadas a la ansiedad y un estado de ánimo depresivo. Además, puede ser muy duro para las personas más extrovertidas.

3.- La inactividad física

Pasar una temporada sin apenas movernos nos afecta tanto física como psicológicamente. En el caso de la fatiga por confinamiento, el malestar de solo adoptar dos o tres posturas durante el día, no estirar las articulaciones y dejar sin uso grandes grupos musculares, nos expone a la ansiedad, porque nos percibimos más vulnerables, además el desgaste físico hace que el cuerpo movilice menos recursos para asegurar un buen funcionamiento del cerebro.

¿Qué hacer en caso de sufrir fatiga por confinamiento?

Es importante recibir atención psicológica, así contaremos con un profesional que atenderá el caso de forma personalizada y ofrecerá soluciones a medida, teniendo en cuenta las características del individuo y del contexto en el que vive.

Lo bueno es que estas sesiones pueden realizarse a distancia, mediante plataformas de videollamada, por lo que no hay riesgo de contagio, y también se puede mantener una total confidencialidad.

Con información de Psicología y Mente.

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