Flores comestibles: No como adorno, sino en parte importante de un platillo
Las flores pueden alegrar muchos espacios del hogar, pero también su aroma y textura enriquecen el sabor, dan colorido y belleza a sopas, platillos salados, ensaladas, cócteles, infusiones y postres. Aportan vitaminas A, B y C, además de minerales como calcio, fósforo, hierro, y potasio.
Boca de dragón: Nativa del Mediterráneo, desde Marruecos, Portugal, el sur de Francia, hasta el este de Turquía y Siria, esta flor de sabor un poco semiamargo, luce justamente como una boca; puede combinarse con fruta, mantequillas o cremas.
Calabaza: Desde tiempos prehispánicos las flores y tallos tiernos de diferentes especies de calabaza son importantes en la gastronomía de México. Hay platillos tradicionales hechos con ellas, como las sopas de guías de Oaxaca y las quesadillas que se comen en el Centro de México; también se consumen en cremas, como relleno de algún chile, plato principal, guarnición o como el ingrediente principal de un aderezo.
Caléndula: Es un arbusto de aproximadamente 30 a 60 cm de altura, de hojas ovaladas y aserradas; sus flores son aromáticas, de color blanco, amarillo o rosado. Se prepara en tortitas con huevo, en sopa de verduras y ensaladas; un dato curioso es que se utiliza también como parte del alimento para pollos.
Cempasúchil: Del náhuatl cempoalli (veinte) y xochitl (flor), es una flor grande y muy aromática ed color naranja o amarillo, la cual puede comerse cruda o hervida en ensaladas. También se utiliza para elaborar postres, guisados, cremas, salsas, sopas, nieves y helados.
Crisantemo: Esta flor puede ser grande o pequeña, en ambos casos, sus pétalos se consumen crudos en ensaladas, combinan con naranjas y también se preparan con algunas bebidas. En el caso de los crisantemos blancos, se pueden preparar capeados en salsa de jitomate y en mermelada.
Dalia: Es la flor nacional de México y ha sido reconocida desde tiempos prehispánicos como comestible, medicinal y ornamental. De esta flor de olor delicado se dice que tiene un sabor dulce pero con un sutil toque amargo, así que puedes consumir sus pétalos crudos o molidos en preparaciones saladas o dulces.
Jamaica: Originaria de África, es una flor color malva con cinco pétalos, de sabor ácido y color rojo oscuro cuando está seca. Deshidratada, se utiliza para preparar una infusión con la que se elabora el agua de jamaica, una de las aguas frescas que más se consumen en el país o la base del ponche. A la fecha han surgido nuevas formas de consumirla, ya sea en guisos o dulces.
Pensamiento: Ya sea grande o mini, tiene un sabor ligeramente mentolado y se usa en guarniciones, ensaladas de frutas o verdes, postres, sopas, confituras, helados, mermeladas, jarabes, quesos, pescados, carnes o vinagretas. También le da un toque especial a bebidas como la conga, limonada o té helado, martinis, margaritas, etc.
Lavanda: Con sabor a especias y un toque mentolado, esta flor puede aromatizar el azúcar o ser el ingrediente principal en la repostería, como pasteles, mermeladas, galletas, pan, jarabes, infusiones, helados, dulces o como condimento en platos salados como pollo, conejo o arroz.
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Con información de la Revista del Consumidor.