Gestión de emociones, habilidad que se aprende fuera de las aulas
Por Mirna Pineda.
Cuando era pequeña, escuché una y otra vez que debía portarme bien y sacar buenas calificaciones, en eso se resumía SER BUENA NIÑA. La historia continuó en la adolescencia y aun en la adultez. Las exigencias por buenas notas escolares fueron una medición del nivel de responsabilidad y compromiso, me enseñaron a desarrollar la inteligencia intelectual y a portarme bien.
Tengo títulos, maestrías, certificaciones, diplomas, reconocimientos y premios y ninguno es garantía de que soy inteligente emocionalmente.
Ningún estudio académico me preparo para maniobrar en la vida, no aprendí a gestionar mis emociones. Viví en carruseles, subiendo y bajando, sin saber si debía gritar demandando y exigiendo o llorar del coraje y la tristeza.
Aprendí a imitar las emociones que se vivían en casa, sin saber si a mí me funcionaban. Pasaron muchos años antes de comprender que el estudio más importante en la vida, proviene del conocimiento del ser
Aprender a conocer e interpretar las emociones evita el sufrimiento y las enfermedades, lo que contribuye al fortalecimiento de las relaciones conmigo misma y con los demás.
Deseo seguir aprendiendo, para poner atención a mis propios estados emocionales en cualquier situación que se presente, deseo ser autoconsciente, para reconocer la emoción y mejorar.
Compartir en talleres, seminarios y cursos estos aprendizajes, así que te invito a que me acompañes en alguna de las capacitaciones, para desarrollar la inteligencia emocional.
Cuando enseño, aprendo el doble.
Soy Mirna Pineda, tu coach personal, te invito a creer y crear el éxito que mereces.
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