La estufita portátil que salva la vida de 5 mil familias mexicanas
Esto es un serendipity”, así califica Carlos Glatt, CEO de Glatt Stove, al descubrimiento de la tecnología con la que se diseña La estufita que, además de ser portátil, permite cocinar sin necesidad de energía eléctrica, gas o leña. Este artefacto, que funciona con combustible líquido, ya ha beneficiado a más de 5,000 familias en 16 estados de la República Mexicana, principalmente en Michoacán, Chiapas, Estado de México, Nuevo León, Chihuahua y Veracruz.
Mientras Glatt trabajaba en un proyecto de diseño industrial con acero inoxidable descubrió unas flamas azules muy fuertes, describe, entonces se dio cuenta de la capacidad que tenía esa energía, lo que lo llevó a pensar que podría usarse para cocinar.
“Fue difícil creer que había encontrado una nueva tecnología, pero lo hice y ya tiene patente”, confiesa Glatt en entrevista con Entrepreneur en Español.
El diseñador industrial de profesión quiso hacer algo de impacto con ello, “no sabía cómo explicarlo, pero quería hacer algo de lo que estuviera orgulloso”, declara el consultor en innovación, que ha asesorado a grandes empresas entre las que destaca Nissan.
Así decidió emprender el camino para crear La estufita, a través de su startup Glatt Stove. Antes de esta empresa, Glatt creó la marca de artículos turísticos Piraña Joe con presencia en 15 países.
“Mis productos estaban en Bahamas y en el The Empire State, pero me levantaba todos los días y decía: hago T-shirts, gorras, pelotas, pero ¿qué más?”, revela el emprendedor, que ahora se siente satisfecho con La estufita, porque puede cambiar la vida de millones de personas que se enferman o mueren por cocinar con leña.
Según la Organización Mundial de la Salud, cocinar con leña causa cuatro millones de decesos al año, así como enfermedades respiratorias crónicas.
Para dedicarse sólo a la nueva empresa, Glatt Stove, vendió Piraña Joe y el reto fue crear desde cero una compañía global.
El objetivo de Glatt es llegar a un mercado de 3 mil millones de personas con un producto disruptivo. “Es la estufa más barata del mundo que atiende la misma necesidad que las estufas ahorradoras, pero que funciona con combustible líquido y realmente cuida al medio ambiente”, señala el emprendedor.
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Glatt asegura que sus estufas portátiles, creadas con tecnología nueva y que aguantan más de 100 kilos, valen 10 dólares y son iguales de efectivas que algunas que cuestan 5 mil dólares. Y aún así hay negocio.
El reto es cómo diseñar un modelo en el que se crezca al mismo tiempo en China, en India, en Latinoamérica “porque si no lo hacemos corremos el riesgo de que copien la idea”, advierte Glatt. Desde diciembre de 2016 ha estado en negociaciones con Nigeria e India para llevar La estufita a otros continentes como Asia y África.
La ruta de La estufita
A principios del 2016, el equipo de Glatt Stove comenzó a entrar a distintos concursos para conseguir visibilidad, uno de los primeros fue la participación en Pitch@Palace en la Ciudad de las Ideas, Puebla, y luego en el Palacio de Buckingham, en Londres, Inglaterra.
Ese hecho y que hubieran recibido un premio de Save America, en Estados Unidos, los empoderó internacionalmente, afirma. Y es que “para hacer algo global necesitas hacer cosas internacionales”.
Mientras tanto, Glatt explica que trabajan para dar a conocer su producto a más personas. El año pasado lanzaron el producto en un evento en Centro Banamex en el que citaron a mil chefs que cocinaron simultáneamente con La estufita para demostrar que el producto funciona.
Y para atacar a su segmento de mercado más importante, la base de la pirámide que cocina con leña, el año pasado comenzaron pruebas de distribución en Cuernavaca y Michoacán a través de 75 tortillerías en enero. “Las tortillerías es la red de distribución de comida más grande de México, hay 120 mil en el país”, calcula Glatt.
El plan es hacer llegar La estufita hasta el último rincón del país mediante las tiendas de abarrotes y centrales de abasto y salvar vidas. Luego, la siguiente fase es llegar a las Tiendas 3B, y después a las cadenas grandes como Walmart o The Home Depot, pero antes deben sustentar la demanda del producto con el número de ventas.
“Nos estamos basando en las formas de distribución ya existentes, nos aseguramos de que pueda llegar una botellita de combustible (que cuesta 28 pesos y sirve para 5 horas) a cualquier punto sin necesidad de crear infraestructura”, apunta Glatt.
La estufita también es para cualquier persona que quiera cocinar con una estufa portátil, por ello han intentado venderlas en Amazon y en Mercado Libre, en donde se han vendido bien.
Lo que sigue es encontrar inversión para crecer internacionalmente y conseguir una ronda de capital serie A. Hasta el momento, La estufita ha sido apoyada por inversionistas ángel que han invertido varios millones de dólares, comparte Glatt, sin revelar montos.
Hace tres años inició todo con una lata con hoyos. Para el segundo año se hicieron 50 prototipos y el año pasado 125 mil estufas. “Este es crecimiento exponencial. Las empresas de alto impacto cambian la vida de miles de personas, queremos hacerlo de manera exponencial”, asegura el diseñador industrial, quien confía en que Glatt Stove va a despuntar en los próximos dos años no sólo en México sino en diferentes países. “Me voy a morir en la línea lográndolo”.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/296477