Emociones

La gratitud, virtud que se aprende

Por Mirna Pineda.

Ser agradecido es una virtud que se cultiva.

Si bien es cierto, desde pequeños nos enseñaron y hasta nos obligaron a dar las gracias, quizá lo hicimos por temor al pellizco o castigo por no hacerlo, sin comprender el poder de decir GRACIAS, más allá de la regla de buenos modales.

No nacemos siendo agradecidos.

La gratitud se aprende.

Aprendemos también a ser desagradecidos.

Se aprende a exigir para tener más, más cosas que ya ni caben en la casa, más grande la casa, más deudas, más insatisfacción.

Hay tanto vacío en el alma, que la tendencia es llenarse de cosas para buscar llenar esos agujeros.

La queja es el instrumento constante ante la falta de gratitud…

Quizá la solución para ese vacía está en ser agradecido.

Agradecer lo cotidiano, lo sencillo, lo que pasamos inadvertido.

Un simple ejercicio de gratitud consiste en escribir cada día, al menos 10 cosas por las que puedes estar agradecido, por ejemplo:

Hoy agradezco por abrir los ojos.

Agradezco por levantarme de la cama.

Agradezco a mis piernas que me llevan de un lado a otro.

Agradezco que puedo ir al baño.

Agradezco el agua que limpia mi cuerpo.

Agradezco a la cama que me permite un buen sueño.

Agradezco los ronquidos de mi esposo, agradezco tanto tener a mi esposo a mi lado.

Agradezco el techo que me cobija.

Agradezco La Luz que entra por la ventana.

Agradezco el auto que me ayuda a trasladarme.

Agradezco el dinero que gano y me permite adquirir los bienes que necesito.

Agradezco a cada persona que coincide en mi vida.

Agradezco a cada uno de ustedes que me permite compartir ideas.

Practicar la gratitud cada día, nos permite valorar lo que hemos avanzado para diseñar nuevas metas por alcanzar.

Soy Mirna Pineda, tu coach personal, te invito a creer y crear el éxito que mereces.

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