La industria nos ocultó el daño que causa el azúcar durante 50 años
Los conflictos éticos en el mundo de la nutrición están a la orden del día. La industria del azúcar, en concreto, ocultó durante 50 años unos resultados que podrían dañar sus intereses económicos.
Que las tabacaleras estuvieron años sufragando estudios y anuncios para vender sus productos, aunque sabemos que son muy dañinos para la salud, no es ningún secreto. Sin embargo, mucho menos conocido es el intento de la industria del azúcar por tapar los efectos adversos de esta sustancia. Efectos que durante más de cincuenta años trataron de esconder. ¿Cómo? Ocultando investigaciones que anunciaban el posible daño causado por una dieta desbordante de esta dulce sustancia. Pero un estudio ha destapado todo el “pastel”.
La industria del azúcar y su intento por taparlo todo
Un reciente estudio realizado por la Universidad de California acaba de publicar una extensa y concienzuda revisión de ciertos papers que jamás vieron la luz. Estos estaban sufragados y controlados por la International Sugar Research Foundation o ISRF (antes solo SRF). La entidad era una organización dedicada a la investigación de los efectos del azúcar.
Pero nadie duda ya del conflicto de intereses al que estaba sometida debido a su afiliación con las grandes empresas azucareras. De hecho, esta nueva investigación demuestra que desde 1967 varios estudios fueron ocultados o cancelados en el momento en el que los resultados contravenían a las intenciones de la industria del azúcar.
En concreto, algunas de dichas investigaciones mostraban el posible enlace entre el consumo de azúcar con el cáncer de vejiga, por ejemplo, y fueron cancelados en el momento en el que vieron que podía existir una asociación. También se analizaron otros aspectos, como es el de la correlación entre el colesterol y la sacarosa, aunque la interpretación de los investigadores fue deliberadamente negativa.
Los trabajos sobre la salud cardiovascular, según cuentan en el artículo publicado en PLOS Biology, también fueron ignorados en última instancia al no obtener los resultados deseados. Un nuevo intento de demostrar que no existía relación entre el cáncer de vejiga y el consumo de azúcar, culpando a las bacterias gastrointestinales, también fue cancelado en el momento final de su publicación.
En definitiva, esta organización acalló voluntariamente las evidencias científicas que demostraban un posible daño en animales ligado al consumo de azúcar. Presumiblemente, esta acción se hizo para evitar dañar los intereses de la industria azucarera de una forma muy similar, tal y como afirmaban los autores de la revisión, a como lo hicieron los magnates del tabaco en fechas similares.
Conocido como Proyecto 259, el estudio financiado por la ISRF desde 1967 a 1971, explican los autores de la Universidad de California, trató de encarar los efectos del azúcar en nuestros sistema cardiovascular, en la salud intestinal y en las posibilidades de sufrir diversos tipos de cáncer. Por las acciones llevadas a cabo, podemos sospechar que los análisis estaban deliberadamente dirigidos a limpiar el nombre del azúcar.
En el caso de no alcanzar los resultados “adecuados”, la organización sellaba la investigación. Esto tiene varias consecuencias, algunas de ellas muy graves. Pero antes de eso, recordemos que los trabajos se hicieron con ratas. Es decir, solo sabemos que ciertos resultados se dan en ciertos modelos animales. Nunca se llegó a extrapolar dichos efectos a humanos.
Por tanto, no podemos asociar directamente al azúcar a unos efectos adversos en nuestro cuerpo. Al menos no por el momento. En primer lugar, por la cuestión que decíamos: ya que nunca lo llegaron a comprobar en nuestra especie. En segundo, porque sus resultados son del todo cuestionables. El método científico, el diseño de un estudio, está sujeto a unos patrones estrictos que velan por la seguridad objetiva de los resultados.
En el caso del Proyecto 259 y otras investigaciones del ISRF, desde luego, no podemos asegurar dicha objetividad y, por tanto, el valor de los resultados es nulo. Sin embargo, se pone de manifiesto otro aspecto importantísimo: hay indicios que nos animan a investigar una relación dañina entre el azúcar y el cuerpo de un animal. Un animal como nosotros.
Ocultar estos resultados tiene una consecuencia catastrófica, más allá de la malversación de resultados y la violación del código deontológico de un científico: esconden un posible daño a la humanidad. Y lo hacen con la pura intención de no afectar a unos intereses económicos concretos. Esta noticia es un mazazo (más), contra el consumo desmesurado de azúcar.
Cada vez tenemos más claro que el azúcar produce una serie de perjuicios en nuestra salud. En el futuro es muy probable que su consumo se vea enormemente reducido gracias a medidas institucionales y una mayor educación de la sociedad. Pero, por ahora, tendremos que seguir lidiando con los conflictos de interés, y prácticas tan sucias como estas, que demuestran que una entidad ligada a una industria alimentaria puede comportarse de una manera vil.
Fuente: https://hipertextual.com/2017/11/azucar-oculto-investigaciones