Las palabras sanan y son poderosas…
Por Mirna Pineda.
Las palabras sanan.
Son poderosas para edificar, para construir, para animar y convencer, son instrumento de empoderamiento y son capaces de acercar distancias, conectar corazones y reparar heridas, aunque también tienen el poder de cortar como filosos cuchillos el alma más sensible y lastimar su amor propio.
¿Cómo se construye la autoestima de las personas?
¿A qué se debe que algunas tienen el autoestima alto y otros muy bajo?
Cuando somos niños pequeños, son nuestros padres los que forman nuestro autoestima, en ocasiones lo que hacen no necesariamente es lo mejor porque nos llaman con frases lastimosas.
En nuestra mente se forman lo que se conoce como improntas, es decir, huellas profundas en un material blando.
Cuando hay comparaciones, insultos, groserías, la mente del niño o niña absorbe todo, se sienten incomprendidos, y faltos de amor, pueden entonces enojarse o quedarse callados, de ahí que hay quienes reaccionan con enojo o furia y también quienes se mantienen al margen.
Los golpes físicos lastiman el cuerpo, sin embargo, los golpes emocionales calan más profundo pues llegan al alma.
Las palabras lastimosas, las groserías, las comparaciones, limitan el desarrollo emocional de los pequeños, que viven la confusión de recibir estos golpes por parte de quienes se supone, les deben proteger y cuidar.
En ambos casos, hay una autoestima lastimada.
Ahora bien, de niños es posible que seamos víctimas, pues no podíamos hacer mucho, porque si llegábamos a contradecir a papa o mama, no nos iba muy bien, venían castigos, y golpes. Tuvimos heridas emocionales profundas.
Ahora bien, si como adulto, sigues recordando no solo lo que sucedió, sino que sufres emocionalmente, por todo ese pasado, estas pasando por ‘victimitis’ aguda, es importante que pidas ayuda para superar ese estado.
Porque si tú no sanas emocionalmente, le heredas esas mismas emociones a tus hijos.
Deseo que seas capaz de revisar el inventario de palabras que utilizas al dirigirte a tus seres cercanos, sobre todo cuando estás en un estado de estrés.
Deseo que puedas pensar antes de hablar.
Deseo que te des la oportunidad de sanar tus propias heridas para que heredes a tu familia un vocabulario impecable, que les ayude a fortalecer su autoestima.
Deseo sobre todo, que cada vez que mires al espejo, te digas palabras de aliento y amor.
Soy Mirna Pineda, tu coach personal, te invito a creer y crear el éxito que mereces.