¡Lo dice la ciencia! Motivos para dormir una siesta
De acuerdo con los expertos, lo ideal es dormir una siesta diaria, pues esta práctica tiene enormes beneficios para la salud, especialmente para la memoria y el rendimiento.
De acuerdo con la Fundación Americana del Sueño, dormir una siesta es uno de los remedios más efectivos para cuando nos sentimos más cansados de lo habitual, por lo que tomarla nos carga de energía para enfrentar la jornada de una manera más productiva y lograr estar despiertos hasta la noche.
En el caso de que sufras de insomnio o te cueste conciliar el sueño, una breve siesta de no más de 20 o 30 minutos puede ayudarte a regular tu ciclo. Por el contrario, las siestas muy largas podrían hacer que batalles para dormir por la noche, por lo que los especialistas recomiendan hacerla justo momentos después de comer y no exceder del tiempo aconsejado.
Por otro lado, todos pensamos mejor si hemos descansado bien, pues la siesta no solo nos carga de energía, sino que también incrementa la actividad cerebral, lo que deriva de un aumento de creatividad y mejora de la memoria.
Esto ocurre porque durante el sueño procesamos y retenemos información en el cerebro, y se refuerzan las conexiones neuronales entre ambos hemisferios. Por lo tanto, dormir ayuda a sintetizar nuevas ideas y nos hace más capaces de resolver problemas al mantener la mente despejada y alerta ante cualquier situación que ocurra.
También nos ayuda a mantener a raya el estrés, pues de acuerdo con algunos estudios, durante la siesta se disminuye la presión arterial y se reduce el riesgo de hipertensión y problemas cardiovasculares.
Expertos en trastornos del sueño indican que también es importante acompañar a la siesta con una buena alimentación, baja en azúcares y grasas, así como ejercicio físico para mejorar el ciclo del sueño y evitar el insomnio.
Finalmente, si volviste de vacaciones de un lugar con un huso horario diferente, puede que sufras el síndrome del Jet Lag, el cual provoca que tu ritmo cardiaco se vea afectado y hace que el ciclo normal del sueño se vea alterado. Para minimizar sus efectos, haz pequeñas siestas estratégicas, en función de las horas de vuelo y la hora de llegada, que pueden ayudar a que nuestro cuerpo se aclimate de nuevo.
Con información de ¡Hola! México.