Lo que duele de tener un padre así…
Por Diana Acuña
Debo confesar que hay algo que me duele mucho de tener el padre que tengo, antes no me preocupaba, quizá no me había dado cuenta, pero hace tiempo me pesa…
Creo que el trabajo y enfrentarme al crecer con trabas. creo que el tropezarme y luchar por no caer, incluso hacerlo y esforzarme por levantarme, de pronto saber que soy yo quien decide y sobre todo descubrir que soy yo quien cargará con las consecuencias de ello, todo esto me ha hecho sentir esta pizca de dolor ante la figura de mi padre.
Sé que muchas cosas que hago son sobre la base que él me dio y a pesar de sus años, enfermedad y cansancio sigue sosteniéndolas con el mismo amor y con el mismo valor de siempre no las comparte.
Sé también que muchas de las cosas que pienso, digo y hago no las comparte, pero a pesar de sus ideas, formación y personalidad siempre esta ahí para apoyarme y esa es una de sus grandes virtudes, su amor y su valor están mucho más allá de imponer su voluntad.
Puede parecer duro -y a veces lo es- pero en realidad es el más amoroso; tienen en sus manos la virtud de la fuerza y el don de la ternura, esas mismas manos fuertes, de piel gruesa por el trabajo duro, e convierten en la caricia más dulce.
Él me ha enseñado a ser feliz y me ha ayudado a ello, me abraza con cada palabra, me llena el corazón con cada abrazo, me impulsa en cada proyecto, no se conforma con haber puesto la base de mis sueños, sufre conmigo el proceso y celebra y disfruta a mi lado llegar a la cima.