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Los berrinches son necesarios para el desarrollo del niño… ¿cómo sobrellevarlos?

Fotografía de Freepik.

Aunque no seamos fans de los berrinches, que jamás pasan desapercibidos, esos estallidos de gritos, llanto y frustración son fundamentales para el desarrollo de los niños. Aún más, la forma en la que reaccionamos ante ellos es clave.

Algo con lo que muchos papás sufren es el no saber el origen de las rabietas, pues en ocasiones no podemos explicar el por qué suceden.

Los berrinches se extienden a partir del primer año de vida, y se extienden hasta los cuatro. Es algo normal en todos los niños, pues su cerebro está madurando. Es en esta etapa cuando empiezan a darse cuenta de su entorno, sus necesidades y su espacio.

Cuando los menores no consiguen lo que quieren, estallan. Esta frustración es dolorosa para los niños y debe ser atendida de buena manera, pues de eso dependerá el manejo de sus emociones los próximos años.

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Es importante tomar en cuenta lo siguiente:

  • Los berrinches nunca deben ignorarse, pues esto provocará que se sientan frustrados, pues lo que gritan es una necesidad.
  • Los berrinches no deben intensificarse, es decir, responder con gritos o violencia, pues eso aumenta la carga emocional en ambas partes.
  • Los niños sienten que lo que ocurre es mucho más grande que ellos y no tiene solución, porque no son conscientes de lo que les está sucediendo.
  • Hay que pedirles que se tranquilicen y decirles que se buscará una solución, pues el berrinche es un mal modo de hacerte entender que algo le pasa y necesita ser atendido.
  • Esto no quiere decir que lo que el niño pida en el momento deba concedérsele. Parte de crecer es enseñarles que no siempre se pueden obtener las cosas y deben saber llevar esas emociones.
  • Si le pides que se calme usando una voz fuerte y autoritaria, empeorará las cosas; será mejor emplear una voz tranquila y calmada. Es importante no tratar de arreglar las cosas mientras sigue el llanto, porque no podremos resolver nada.
  • Lo mejor es estar a su altura, bajarnos y sentarnos a su lado, y ofrecer los brazos si los necesita.

Es muy importante enseñar los límites de lo que se puede hacer y lo que no.

Decirle que no a las cosas, sin miedos, y ser congruentes con las cosas que decimos y permitimos hacer. Por ejemplo, si ya les dijimos que no se puede comer en el sillón, al día siguiente tampoco permitirlo.

Puedes utilizar cartulinas para enseñarle sobre las emociones, como miedo, rabia, tristeza, pues necesario que aprenda a identificar lo que siente para poder canalizarlo.

Una buena forma es decirle: “Si estamos tristes, pedimos un abrazo”, “Si estoy muy enojado es importante decir qué es lo que me molesta y buscar una solución”, siempre en primera persona.

El secreto de todo es tener paciencia, darles las herramientas para que puedan conocer con sus emociones, apoyarlos y respetarlos.

Con información de VIX.

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