LOS HOMBRES SÍ LLORAN
Muchas personas ni siquiera se han puesto a pensar si esas ideas, que ahora le están trasmitiendo a las nuevas generaciones, son algo en lo que verdaderamente creen. Simplemente lo repiten porque así se los dijeron.
La idea de que “los hombres no lloran”, para reforzar el “machismo”, causa un daño a nivel emocional. Desde que son niños, a los varones se les corta de tajo la posibilidad de expresar lo que sienten, porque cuando lloran, tanto mamá como papá -hermanos, tíos y amigos- le dicen: “Eres un llorón, pareces niña”, “deja de llorar, maricón”, “nada más las viejas lloran”. Ellos piensan que con estas ideas van a lograr que el niño se sienta “hombre”, sin embargo el pequeño aprende que es un “error” llorar y se aguanta “porque es muy macho”. Con el paso de los años establece una relación de pareja en la que no logra expresar lo que siente. Entonces explota con gritos, golpes y groserías, o se refugia en el silencio, tragándose todo el dolor, que luego se convierte en enfermedades. Es bien sabido que la causa número uno de muerte entre los hombres son los ataques cardíacos, justo el centro de las emociones.
Moisés llegó a nosotras buscando ayuda para su familia, después de la muerte de su hermano. Una de las ideas que estaba fuertemente atada a su mente era que “los problemas son personales, nadie tiene que enterarse”. Estas ideas las había heredado a su hija mayor, que se mantenía en profundo silencio, no exteriorizaba ninguna emoción ni expresaba sus pensamientos. Moisés recordó que su padre nunca compartió lo que sentía, ni siquiera cuando murió su hijo. Tampoco lo hicieron sus hermanos, sólo hablaban de cosas “prácticas y de hombres”. Su hija tampoco lloraba porque aprendió de su padre que no debía llorar, para ser fuerte. A partir de su decisión de mejorar su vida, Moisés y su familia pueden hablar abiertamente sobre lo que sienten y se dan permiso de llorar y reír con mayor frecuencia.
Esta idea, por sí misma, podría no tener significado, sin embargo depende de la percepción y la interpretación que cada persona le da. Si a una niña le dicen continuamente que “está gorda y fea” o “parece tabla porque no tiene nada por enfrente y nada por detrás”, y como se queda callada también le dicen que “es tímida” y le cuelgan etiquetas que ella se cree, porque las ideas provienen de los seres con quien ella convive todos los días, entonces crece creyendo que como es gorda, flaca, fea y tímida, nadie la va a querer. Y atrae a su vida todo tipo de situaciones donde se confirma esa idea. Sola se sabotea, porque en su mente subconsciente germinó la semilla que fue plantada tiempo atrás. Ella siguió cultivando la idea porque no se cree lo suficientemente buena. Nadie se encargó de decirle el maravilloso ser humano que es. El fruto son los resultados que ahora tiene: baja autoestima, depresión, aislamiento, soledad y tristeza.
Es tiempo de preguntarte si algunas de esas ideas dan resultados productivos a tu vida, si la respuesta es negativa, es tiempo de cambiar para mejorar.
Fragmento del libro “EL DESAFÍO DE CAMBIAR TU VIDA” de Mirna Pineda y Clara Arenas.