Plaguicidas, ¿en mi comida?
Sin duda, casi todo lo que comemos proviene del campo. Incluso cuando abrimos una lata de frijoles procesados o cuando, por ejemplo, preparamos un sándwich con pan de caja, ese pan utiliza derivados de maíz, que se ha cultivado en la tierra. Por eso, según el modelo de agricultura que se sigue, los alimentos que llegan a tu mesa, a tu estómago y al de tu familia, pueden ser o no productos saludables.
En México se produce bajo el esquema de agricultura industrial, el cual usa plaguicidas entre sus insumos, es decir, sustancias tóxicas, muchas de las cuales pueden ser altamente peligrosas y dejar residuos en los alimentos. Aún peor, como consumidores no podemos saber si lo que estamos comiendo tiene o no plaguicidas y en qué cantidad, porque tampoco existe una norma que establezca los límites máximos de residuos (LMR) de plaguicidas en los alimentos para poder garantizar el consumo de productos no contaminados.
De acuerdo al reporte La huella de los plaguicidas en México, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) reporta que en este país se usaron en promedio 4.55 toneladas de plaguicidas (fungicidas, herbicidas e insecticidas) por cada 1000 hectáreas entre el año 2009 y 2010 , y solo en 2013 se emplearon 37,455 toneladas de insecticidas; 31,195 toneladas de herbicidas y 42,223 toneladas de fungicidas.
Sin embargo, debido a la falta de regulación y monitoreo en el país, no se tiene información detallada sobre el uso de estas sustancias y cuáles son. De hecho, únicamente se cuenta con el catálogo oficial de plaguicidas 3 que no ha sido actualizado en más de una década, y excluye información sobre los recientes descubrimientos de la peligrosidad de estos tóxicos.
Ejemplo de ello, es el glifosato, componente activo del herbicida más usado en el país y que en 2015 fue catalogado como probable cancerígeno por la Agencia de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS); razón por la cual ha sido prohibido en al menos seis países (Francia -parcialmente-, Holanda, Sri Lanka, El Salvador, Dinamarca y Bélgica) y en muchos otros se le han puesto restricciones.
Por otro lado, gracias a las regulaciones internacionales, desde Greenpeace hemos hecho una lista de 30 plaguicidas que han sido prohibidos en otras naciones por sus altos niveles de toxicidad para las personas, polinizadores y el ambiente en general mientras se siguen empleando y permitiendo en el catálogo oficial de plaguicidas en México poniendo en riesgo no solo a los productores, sino también la salud del ambiente y las personas.
Agricultura ecológica, la ruta hacia una comida sana
Desde Greenpeace hemos iniciado una campaña llamada “Comida Sana, Tierra Sana”, que busca motivar una transición urgente del modelo de agricultura industrial a una agricultura ecológica.
La agricultura ecológica combina la ciencia e innovación modernas con el respeto por la naturaleza y la biodiversidad. Asegura una agricultura próspera y alimentos saludables; protege el suelo, el agua y el clima; no contamina el ambiente con sustancias químicas ni utiliza cultivos manipulados genéticamente; tiene una especial consideración por la gente y los agricultores (consumidores y productores, más que por las empresas que actualmente controlan los alimentos).
Percibimos este modo de agricultura como una clave, pero no como el único ingrediente de un nuevo Sistema Alimentario Ecológico más vasto y justo que, a través del consumo, nos lleve a la salud y al respeto de los derechos humanos y al ambiente.
Entre los primeros pasos para lograrlo, la propuesta de Greenpeace es lograr que las autoridades del gobierno mexicano que regulan el tema de los plaguicidas establezcan una nueva política basada en los siguientes puntos:
Contar con una definición de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) en las leyes mexicanas;
Generar de políticas nacionales para la gestión y manejo de los PAP;
Cancelar y/o revocar paulatina de permisos y autorizaciones otorgados para venta, importación y exportación de PAP;
Contar con una normatividad que establezca límites máximos de residuos (LMR) de plaguicidas en nuestros alimentos, particularmente de PAP para poder garantizar el consumo de alimentos no contaminados.
También le estamos pidiendo a una de las empresas líderes en la industria de la alimentación en México, la panificadora más grande del mundo, con presencia en el 99% de los hogares mexicanos, que nos garantice que la materia prima que utiliza en sus productos, derivada de los cultivos de maíz en México provengan de los principios de la agricultura ecológica.
Todos podemos sumarnos a esta petición en: http://act.gp/2uruotE
¿En tu país están regulados los plaguicidas? ¿La industria de los alimentos te informa de forma transparente sobre el origen de sus insumos? Y tú, ¿sabes lo que comes?
Fuente: http://www.labioguia.com/notas/plaguicidas-en-mi-comida