¿Por qué la gente que da las gracias es más feliz?
En ciertas variantes del español es común decir “gracias” como forma de cortesía, y no necesariamente como un agradecimiento genuino. “Gracias” se convierte en una especie de gesto en el que le hacemos saber a nuestro interlocutor que hemos interpretado sus acciones o sus buenas intenciones cuando hacen algo por nosotros. Sin embargo, el significado de la palabra “gracias” no debe reducirse al pragmatismo de las normas de cortesía. El sentirnos agradecidos con las personas y las cosas que nos rodean puede transformar la visión que tenemos de nuestra vida e incluso ayudarnos a superar las dificultades, tristezas y angustias. El gran filósofo griego Cicerón decía que “la gratitud no es sólo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás”; si llevamos una vida llena de agradecimiento, otras bondades llegarán a nuestra vida.
Sentir gratitud es muy diferente a sentirse en deuda. La gratitud viene más desde el corazón, desde lo más profundo de tu ser. Es esa emoción que te hace sentir tan afortunado que el estómago se te llena de mariposas. Te sobrecoge un impulso de compartir con otros en pensamiento, en acciones o en palabras. Y no necesariamente debes sentir esa sensación por una persona que te hizo un favor, que te ayudó o que hizo algo bueno por ti. También puedes sentir gratitud por un acontecimiento, por el clima, por un paisaje, por escuchar a alguien reír, porque alguien ha compartido lágrimas sinceras a tu lado, por sentir un abrazo de esos que te sacan los suspiros más memorables, porque tu andar por esta vida ha sido una experiencia inigualable, porque gracias a algún problema creciste y aprendiste.
Dicen que la gratitud es sentirte poco merecedor ante una situación, sentirte agradecido por tener a la mejor familia, lograr ver un paisaje, sentirte tan pequeñito a la orilla de un acantilado y reconocer que dentro de un mundo tan grande tú eres sólo un pedacito pequeño al que le tocó estar en ese lugar, con esas personas y sintiéndote así. El profeta Mahoma predicaba que “la gratitud por la abundancia que se ha recibido es la mejor garantía de que la abundancia va a continuar”.
Aquí es donde caben esas bonitas anécdotas de “si no hubiera pasado así, entonces esto no hubiera sucedido así”. Sin importar qué tan positivas o negativas han sido nuestras experiencias pasadas, debemos sentirnos agradecidos porque ese camino nos ha llevado hasta lo que somos ahora, nos ha construido como personas y nos ha otorgado un lugar en el mundo. La gente agradecida es mucho más feliz y se encuentra más satisfecha con su entorno y con su vida. Se acepta en todos los aspectos y su autoestima es considerablemente mayor. La gente agradecida tiene mayor control de las circunstancias y de sus propósitos, manejan mucho mejor las situaciones —buenas o malas— que se les presentan.
Es recomendable llevar un diario de gratitud, puedes hacerlo en una agenda, en un cuaderno o en alguna de las apps que existen. No importa cómo, lo importante es que sea un espacio dónde agradecer diariamente lo mejor de tu día. Puede ser un paisaje, puede ser una discusión, puede ser algo que te haya hecho sonreír, puede ser lo mucho que atesoras una gran amistad; hacer esto por varios meses puede hacerte más consciente de tus actos, de tus palabras y de tus pensamientos, de cómo afrontas tu existencia y te hace pensar en que por muy malo que haya sido tu día, siempre hay algo importante en cada uno de ellos de lo que puedes sentirte muy agradecido.
Fuente: https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/que-es-la-gratitud-importancia/