Qué es la necesidad de aprobación y cómo puede convertirse en un problema
Es una necesidad humana sentirse aprobado y aceptado por los demás, es totalmente natural y necesaria para nuestra supervivencia; en ese sentido, haciendo que los demás nos validen, nuestra autoestima crece y nuestro bienestar también, pues nos hace sentir seguros y protegidos.
Claro, todo esto es así mientras sea saludable. Hay quienes sacrifican quienes son en realidad para encajar en un grupo, lo cual no es para nada saludable. La línea entre la necesidad de aprobación (la natural) y la patológica, que es la dependencia, puede ser fina.
La aprobación tiene una función adaptativa importantísima, que consiste en conseguir que otras personas nos acepten en sus respectivos grupos para así obtener de ellos su protección y ayuda ante una amenaza o situación desfavorable.
Como mencionábamos anteriormente, muchos se obsesionan con tratar de gustar a los demás, ocultando su verdadero ser, y llegando a temer que se sepa cómo son realmente, lo cual hace que sus vidas estén controladas por la forma en que otros los ven. Esto puede llegar a provocar desdicha, cuando ven que alguien les hace una crítica o no consiguen caer bien a todo el mundo.
La necesidad de aprobación puede convertirse en un problema de salud mental si se convierte en extrema dependencia.
Desde que nacemos tenemos la necesidad de validación y aprobación, ya sea de los adultos o de otros niños, lo cual es adaptativo, pues si lo vemos desde una perspectiva evolucionista, ocurre que buscamos que los demás nos acepten, nos admitan en sus respectivos grupos y así recibir protección y seguridad.
Sintiéndonos queridos y valorados por los demás somos más propensos a imitar su conducta, además de que el amor y cariño que recibimos de ellos nos llenan emocionalmente.
En el caso de los niños marginados, su necesidad de aprobación no está satisfecha, lo cual puede tener múltiples consecuencias a nivel psicológico, la más visible, una gran falta de autoestima.
Otro caso es el de los niños que son tomados en cuenta, pero de forma negativa. Recibir comentarios negativos, tanto de familiares como de compañeros, hace que la necesidad de aprobación vaya a más. Cuando crezca, este niño buscará desesperadamente la aprobación que no recibió y a la mínima que alguien le muestre cariño, buscará vincularse intensamente con esa persona de forma patológica y dependiente.
Son varios los factores que advierten que alguien depende mucho de la aprobación de los demás. Por ejemplo, ellos nunca muestran desacuerdo u opinión diferente, confunden el ser amables y agradar a los demás con decir que sí a todo a lo que aquella que persona intenta le gusta o dice que quiere hacer.
Piensan que si dicen “no” o muestran una opinión distinta, van a enfadar a quien tratan de conseguir su aprobación y temen mucho que pase esta situación.
También tienen un estado emocional que varía mucho según la opinión de los demás. Si son halagadas o felicitadas, aunque sea algo simple, se sienten eufóricas y alegres con solo escucharlos. Por el contrario, si se les dice una crítica, por pequeña y constructiva que sea, se sienten tristes y poco valiosos. Ya sea bueno o malo, el comentario recibido lo exageran hasta niveles poco adaptativos.
Las personas con dependencia a la aprobación suelen estar muy preocupadas por su aspecto, pues les importa mucho lo que piensen los demás. Ellos son incapaces de salir a la calle sin arreglarse por completo, ocultando sus “defectos”, luciendo a la moda que sienta es la adecuada para encajar con quienes quiere gustar.
¿Se puede eliminar la necesidad de aprobación patológica?
Claro que sí, pero se debe trabajar mucho en nosotros, con la guía de un psicólogo. Estos son algunos consejos que podemos tomar en cuenta para que la necesidad de aprobación no controle nuestras vidas.
1.- Solo nosotros nos conocemos a fondo
Habrá personas que nos juzguen con base a nuestros defectos, pero recuerda, estas personas no están en posesión de la verdad. Somos nosotros mismos quienes nos conocemos y sabemos cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.
Lo importante es que nos aceptemos tal cual somos y sepamos en dónde mejorar, pues así podemos establecer relaciones sanas con otras personas.
2.- No podemos gustar a todo el mundo
Las personas somos diferentes y podemos ver virtudes donde otros ven defectos. Siempre habrá personas que nos critiquen y desaprueben, pero habrá otros que nos apoyen y acepten.
Es con ellas que nos debemos acercar, pues nos brindarán bienestar emocional, aceptándonos tal cual somos, con nuestras fortalezas y debilidades.
3.- Las críticas no son sinónimo de rechazo
Si bien todos queremos recibir halagos y cumplidos, no siempre sucede así. Recibiremos desaprobación y críticas, pero estas no son necesariamente algo malo, ni tampoco son muestras de rechazo.
Aunque hay quienes sueltan estos comentarios de forma brusca, otros lo hacen de forma educada y constructiva, pensando (en ocasiones) en lo mejor para nosotros, haciendo comentarios para que aprendamos a ser mejores personas.
Quizás ese comentario nos provoque emociones negativas, pero eso no es necesariamente malo ni un ataque personal. Deberemos intentar reaccionar con calma ante la crítica, ser pacientes y aprender a no sentirnos atacados. Las críticas bien hechas sirven para crecer.
4.- Seamos un poco egoístas
Cuando hagamos algo, previo a tomar una decisión deberíamos preguntarnos ¿para quién lo estamos haciendo? ¿En qué medida la opinión de los demás influye en lo que estamos haciendo? ¿Hacerlo nos hará más felices?
Las respuestas que tengamos para estas preguntas nos harán ver hasta qué punto nuestras vidas depende de lo que queramos que nos acepten los demás o si pensamos en nosotros.
5.- Seamos nosotros mismos
El consejo fundamental para todas las personas que están desesperadas por encontrar la aprobación ajena: ser uno mismo. Cada uno tiene sus cosas buenas y malas, lo nos hace iguales los unos con los otros.
En algunos aspectos seremos buenos y en otros malos, pero así es la vida. Habrá cosas que se podrán mejorar, pero otras no y son con estas segundas en las que nos debemos fingir.
Por curioso que suene, mientras más ansiosas están las personas por encontrar la aprobación exterior, quienes no la buscan sí la hallan.
Ser uno mismo hará que unas personas no nos acepten tal y cómo somos, pero nos acercará a quienes sí nos valoran, personas que solo nos criticarán cuando hagamos algo malo o vean que hay algo que se puede mejorar.
Sea como sea, dejar de preocuparnos por la opinión exterior y tratar de alcanzar objetivos inalcanzables nos acercará al bienestar emocional y psicológico.
Con información de Psicología y Mente.