Vocación Por El Canto Guillermo Ruiz, Medalla Alfonso Ortiz Tirado 2016
Por Carlos Sánchez /ISC
Guillermo Ruiz tiene como vocación el canto. Lo descubrió en ese momento en el que desempeñaba su otra profesión: la construcción.
Siendo ingeniero civil, su hábitat consistía en las obras, en torno a albañiles. Un día descubrió el encanto del canto. Desde ese día y apegado en todo momento al Instituto Nacional de Bellas Artes donde conoció al maestro Rufino Montero, su actividad laboral está en los escenarios. Cantar, siempre cantar.
En la edición 32 del Festival Alfonso Ortiz Tirado, Guillermo Ruiz recibirá la Medalla del mismo nombre a quien año con año se le rinde homenaje en el escenario de Álamos, Sonora.
¿Qué significado tiene en su carrera?, ¿para qué sirve el arte?, ¿cuál es la situación que vive el canto el México? Aquí las respuestas de viva voz del bajo-barítono, Guillermo Ruiz.
En la edición pasada del Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT) participaste como intérprete; hoy regresas a Sonora a recibir la Medalla Alfonso Ortiz Tirado, ¿qué significado tiene en tu carrera esta distinción?
Recibir esta presea es de gran importancia y trascendencia en mi carrera, porque a nivel nacional está considerado como uno de los máximos galardones, y estoy fascinado con la noticia realmente.
¿Qué nos puedes decir sobre FAOT?
Veo que tiene buena infraestructura y un orden bastante digno, porque he estado en varios festivales y a veces es una locura en los itinerarios, veo que aquí (en FAOT), tienen un orden fantástico.
¿Por qué es importante el arte en la vida?
Ahora viendo tantas convulsiones a nivel mundial, creo que falta arte, llevar arte a todo el pueblo, a todo el mundo, porque es una cuestión casi espiritual el arte, y al estar alejado de todo lo espiritual ocurren cosas tan desagradables y espantosas, como la que se vivió hace unos meses en Francia, y no solo allí, un ejemplo máximo es aquí en la misma patria, entonces uno como exponente del arte tiene como deber llevarlo a todos los rincones, a donde más se pueda para poder cultivar esas sensaciones.
¿Por qué eliges el canto?, ¿cómo se apersona el canto en tu vida?
En mí fue de una manera poco ortodoxa. Yo de profesión soy ingeniero civil, en mi infancia estuve en un coro de la iglesia, con el paso del tiempo ya no tuve más contacto con la música. Después, por pura casualidad entré a un coro de aficionados y vi que me nutría bastante el canto, a diferencia de estar en la obra, de trabajar con albañiles y todo eso, y llegaba al coro y era una especie de oasis, allí conocí gente que me fue metiendo en la cabeza la idea de hacer el canto de una manera profesional. Tuve la fortuna de conocer al maestro Rufino Montero, cantante, quien formó el grupo Solistas Ensamble de Bellas Artes, él me metió a su grupo, yo diciéndole: ‘maestro, yo no tengo conocimientos de música’, y él diciéndome: ‘si tienes oído, con eso basta’. Al entrar a este grupo, que era de profesionales, era una cosa brutal porque el estar antes en un coro de aficionados era bonito, pero al escuchar ya este otro grupo y encontrar voces entrenadas fue fantástico. Entonces poco a poquito me fueron alejando de la ingeniería porque realmente me satisfacía más estar en las cuestiones musicales, al inicio como corista, después tuve la fortuna de participar en una audición que gané, para la Orquesta del Bajío, y trabajé como solista, actuando fantástico, al inicio un terror indescriptible, en ese lugar que es el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, que es para cuatro mil personas, sentía muchos nervios pero superé la prueba y me fui enamorando, poco a poco.
Indudablemente hay muchos acontecimientos en tu vida como cantante, pero habrá alguno que te haya marcado, cuéntanos.
Mi amá no estaba muy convencida de que me avocara al canto, esto lo sufrimos mucho los cantantes, a veces la familia piensa que cantar es un pasatiempo, y en realidad es una profesión y hay que amarla y respetarla, entonces cuando le dije que iba a entrar al canto, ella no compartía esto. Un día la invité a un concierto, a una Novena Sinfonía de Beethoven, y cuando la vi desde proscenio y ella en su butaca, llorando, para mí fue brutal ver esa experiencia donde le pude transmitir todo eso a mi amá.
Acabas de mencionar a Beethoven, de los compositores que interpretas, ¿Cuál es el que más respetas, admiras y por qué?
En el terreno del oratorio, a Beethoven, y en el terreno de la ópera, a Giuseppe Verdi, me fascina, es tan del pueblo, tan simple su música, me conmueve su música al igual que los libretos que tienen sus obras.
¿Cuál es la situación en nuestro país respecto del movimiento musical?
Hay un gran auge, de hecho a nivel mundial son muy reconocidas las voces mexicanas. Todo mundo, cuando uno sale al extranjero, pregunta: ¿pero qué comen?, ¿por qué tienen esa clase de voz? Todos decimos en son de broma: pues el chile. A nivel mundial es reconocido el material mexicano.