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55 mil venezolanos cruzan a diario la frontera con Colombia para poder comer

Saber qué está ocurriendo en Venezuela es extremadamente difícil. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social Porque ha registrado 6.729 protestas y 428 casos de saqueos o intentos de los mismos desde el 1 de abril hasta el 31 de julio . Y un mismo reclamo se repite: poder comer dignamente. De ahí que hasta 55 mil venezolanos, según confirmó Migración Colombia, crucen a diario la frontera para sentarse ante un plato caliente.

Son varias las organizaciones caritativas que ofrecen comida a los venezolanos que pasan la frontera por alguno de los tres puentes internacionales al norte de la región de Santander. La que más titulares ha acaparado ha sido la Casa de Paso Divina Providencia, un albergue de la parroquia de Cúcuta, a 4 horas a pie al otro lado del puente Simón Bolívar.

Según el obispo de Cúcuta, Víctor Ochoa, en este comedor se han llegado a servir hasta 1.200 de comida diaria y también reparten tickets de comida en convenio con un programa mundial de alimentos.

Él denunciaba que las instituciones colombianas, a excepción de Migración y la policía, poco están haciendo para recibir a los recién llegados que, por otro lado y como recordaba el párroco de Cúcuta, José David Caña para el periódico El Tiempo, “no hay que olvidar que muchos de los que pasan [la frontera] son colombianos retornando a su lugar de origen”, del que escaparon por la presión paramilitar y porque en Venezuela, todavía hoy, el coste de la vida es mucho más barato que en la vecina Colombia.

El Fondo Monetario Internacional lanzaba una predicción funesta para Venezuela: a finales de año, la inflación podría alcanzar el 720%. Eso agravaría todavía más la situación actual, en la que la cesta básica de la compra tiene un coste 15 veces superior al salario mínimo del país.

A esto se le suma que los precios de alimentos como el arroz, el pollo y la ternera se disparaban, según la Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela del Instituto Nacional de Estadística que publicaba Financial Times en un reportaje especial sobre la crisis en el país. No cuesta relacionar esto con las incautaciones periódicas en la frontera miles de kilos de carne de contrabando, transportada en condiciones antihigiénicas, según informa El Heraldo.

Andy Robison señalaba desde Cúcuta para La Vanguardia a los ‘bachaqueros’ como los grandes especuladores y vendedores del mercado negro y a los contrabandistas. “Aprovechan los precios tirados de los bienes esenciales subvencionados en Venezuela para venderlos en Cúcuta. O para reexportarlos a Venezuela”. Y es vox populi que ellos trabajan para otros, los especuladores ricos. Porque según estima la Asamblea Nacional, el fraude alimentario ha llegado a los 27 millones de dólares malversados desde 2010. Para nada resultan extrañas estas palabras para Financial Times de Maritza Landaeta, de la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición:

“La malnutrición en Venezuela es un problema de corrupción, no de falta de dinero”.

Bengoa lleva denunciando que la crisis alimentaria es palpable desde 2012, justo cuando la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) reconoció que Venezuela había alcanzado antes de tiempo el objetivo para 2015 de reducir a la mitad su población hambrienta.

Sobre este y posteriores informes, Bengoa, el Centro de Estudios de Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela, el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), el Colegio de Nutricionistas y Dietistas Venezolano, la Fundación 5 al Día y el Centro de Investigaciones Agro-Alimentarias de la Universidad de los Andes, han presentado sendos documentos señalando que en los informes de la FAO (por ejemplo, el llamado “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional”), no recoge la realidad que vive Venezuela. Es más, afirman que en estudios posteriores, UNICEF y FAO “constatan la situación actual en trabajos de campo local y tienen representantes en terreno” pero “omiten la verdadera situación ‘por no tener acceso a datos’”.

Pero Colombia tampoco es un paraíso. El mismo Robinson afirmaba lo siguiente: “la narrativa dominante en la frontera es que miles de venezolanos hambrientos llegan en búsqueda de refugio económico desde el desastre del otro lado. Pero, por muy dura que sea la escasez, cuesta encontrar alguien en San Cristóbal con aspecto de muerto de hambre. Hay más indigentes a la vista en Colombia. Es más, hay otros refugiados, todavía más desesperados, que cruzan la frontera en el otro sentido”.

Y añadía que la policía no estaba pidiendo la documentación a nadie, lo que contraviene la ley colombiana del 1 de mayo puesta en vigor por Krüger Sarmiento mediante la cual los ciudadanos de los estados fronterizos venezolanos de Amazonas, Apure, Bolívar, Táchira y Zulia pueden solicitar una Tarjeta de Movilidad Fronteriza por 6,7 dólares para poder pisar el país vecino.

Allí, crece la xenofobia institucional contra los recién llegados, visible en declaraciones como las del vicepresidente colombiano Germán Vargas al inaugurar un proyecto de viviendas en febrero al son de “Esto son para ustedes y no para los venecos”, un término ofensivo para denominar a los venezolanos.

Fuente: http://www.playgroundmag.net/food/venezolanos-cruzan-diario-frontera-Colombia_0_2034996518.html

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