Familia avante

EL OTRO LADO DE VIVIR CON AUSTERIDAD

Por: Emma Aguayo de Shuger

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Lo primero que se nos viene a la mente al escuchar la palabra austeridad es: de baja calidad, sin nada, poco equipado..pero vivir la austeridad en casa no es carencia o codencia. Simplemente es hacer vida la enseñanza de nuestros padres y abuelos: valemos por lo que somos, no por lo que tenemos.

A veces es difícil enfocarse en el cariño; que entretanto quedar bien, puede esconderse detrás de un gran regalo o entre los encajes de un vestido… Cuesta trabajo, pero las mamás tenemos que reeducarnos a nosotras mismas y en lugar de decirles a nuestras hijas: “mira que bonito vestido trae” ; observar a la persona y decir: “¿viste que dulce sonrisa tiene?”.

Darle más importancia a la persona y no a lo que trae puesto requiere un entrenamiento especializado y solo se logra después de varios hijos o muchos años… lo que venga primero. Educar en la austeridad al primer hijo es casi imposible, ha de tenerlo todo: La carreola último modelo, 30 cambios de ropa: ni camina y ya tiene huaraches, flip flops, tenis, botas… el bote de basura especial, juguetes que cuelgan, que hacen ruidos de mar o con ruidos del vientre materno, con luces, esterilizadores para biberones y esterilizadores para los esterilizadores…

Es necesario que lleguen más hijos para que las mamás aprendamos a utilizar lo importante: ¿una carreola? sí, pero mediana o pequeña, 4 biberones en vez de 12, no hay bote de basura mágico, los pañales huelen horrible y hay que sacarlos y punto.

Los ruidos del vientre materno los puedes sustituir si lo duermes en la panza de papá… ambos roncarán compartiendo seguridad, protección y cariño y tú podrás relajarte un rato.

Para el tercer hijo los toppers de la cocina sustituyen a los bloques apilables y a los “mordedores” y todos aprenden a compartir. Las familias se hacen ecológicas: renuevan la bici para el hermano, reusan el vestido de la primera comunión y reciclan transformando cajas en naves espaciales.

Corremos el riesgo, si nos descuidamos, de llenar la casa entera de cosas “indispensables” que lo único que hacen (ademas de quitarnos espacio) es separarnos, como: la televisión en cada cuarto, una laptop para cada quien, mecedores de bebe que asemejan nuestros brazos… entre otras cosas que no nos dejan disfrutar la maravilla de ver una serie juntos, que te ayuden en una tarea o de cargar a tu bebé.

Sí, existen en el mercado muchas cosas lindas, pero no porque podemos debemos tenerlas.

Austeridad no es sólo para ahorrar…es para tener más; un “más” que no se refiere a cantidad sino a más importante, más amabilidad, más comunicación, más sentirse especial y hacer sentir especial. Vivir la austeridad en casa es cuidar tener solo lo material necesario para que la persona brille por si misma, es que nosotros y nuestros hijos sepan que nos vemos mejor con un “buenos días” que con una bolsa de marca, que luce más tu mirada atenta que tus lentes de marca.

yo

Emma Aguayo de Shugert
Antropóloga Cultural y madre de 7 hijos 

Contacto:
[email protected]

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