Finanzas

Esto es lo que sucede si dejas de utilizar tu tarjeta de débito o nómina

Muchas tarjetas de débito se utilizan para depositar las nóminas de los trabajadores, por lo que al dejar de laborar en la empresa, es común que el plástico quede en el olvido y genere problemas con los bancos.

Esto se debe a que el cliente que no la usa genera un saldo negativo sin saberlo, es decir, si el plástico que originalmente era una tarjeta de nómina se convierte en tarjeta de débito, debes asegurarte que ya no esté activa.

Según las experiencias de personas que han tenido este problema, hay ejecutivos bancarios que se comprometen a cancelar las tarjetas para que esto no ocurra.

Sin embargo, si no se confirma el movimiento, puede producirse una acumulación de saldo no favorable en la tarjeta de débito que trae consecuencias a futuro. El cliente que “abandona” su plástico empieza a deberle dinero al banco por comisiones de manejo de cuenta, así como otros montos que varían según la institución.

Aunque tu banco no empezará a cobrarte de manera inmediata, puedes estar seguro de que lo hará si pasan muchos meses. Por ejemplo, si el primer mes se trata de 50 pesos, si lo dejas pasar por al menos dos años, podría convertirse en una deuda de al menos mil 200 pesos y contando.

El representante de la Comisión Nacional de Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Jesús Chávez, expuso que para evitar este problema, se deben seguir ciertas recomendaciones.

El primer paso es comprender que, cuando una cuenta de nómina se convierte en una de débito, los propietarios de dichas cuentas tienen tres opciones:

  1. El titular tiene la libertad de conservar en su tarjeta el mínimo de saldo que el banco solicite para no hacer cargos no reconocidos o comisiones, tomando en cuenta que esta condición puede ser distinta para cada banco.
  2. El usuario de la tarjeta debe otorgar un pago por comisión o renta mensual por administración de cuenta.
  3. El propietario de una cuenta también tiene la opción de cancelarla.

La última opción puede ser la más adecuada si es que el usuario ya no necesitará la tarjeta, aunque puede resultar tedioso hacerlo; incluso se piensa que por no usarla se cancela automáticamente, o en el peor de los casos, se les informa que fue cancelada, pero en realidad sigue activa, generando saldo negativo.

En caso de que esto último suceda, el usuario tiene el derecho de levantar una queja por “cuenta no cancelada” ante la Condusef, para que ésta a su vez solicite al banco la correcta cancelación de la cuenta sin que se cobren las comisiones que se originaron.

Con información de Mi Bolsillo.

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